NEWS - REVERÓN EN EL MOMA
Esta exposición, la primera retrospectiva de Armando Reverón (1889-1954) organizada por un museo de Estados Unidos, dará a conocer la obra de uno de los artistas modernos más importantes de Latinoamérica a un público internacional. Célebre en su nativa Venezuela pero poco conocido en el exterior, Reverón puede ser legítimamente considerado como el último de los grandes artistas de la primera etapa del modernismo en ser descubierto y difundido ante audiencias internacionales. El artista no ha sido objeto de una muestra monográfica en Estados Unidos desde 1956. Las primeras obras en las que Reverón alcanzó la madurez artística, realizadas alrededor de los años 20, son, en su mayoría, pinturas de figuras que revelan las influencias del arte español histórico, especialmente el de Goya, y del simbolismo. Sin embargo, poco después este estilo de pintura típicamente azulada y nocturna se trasladó a, y fue transformada por, el tratamiento del paisaje. El resultado fue una pintura aún envuelta en una bruma azulada pero también dotada de superficies extremadamente táctiles que dejan traslucir la influencia de los lenguajes del impresionismo y el postimpresionismo. A principios de la década de 1920, Reverón comenzó a blanquear y desteñir el color de sus paisajes, al mismo tiempo que incrementaba la textura de sus superficies para producir pinturas inconfundiblemente originales, casi monocromáticas, que son a la vez misteriosas y absolutamente radicales. Son únicas dentro del modernismo primitivo, y parecen anticipar el arte abstracto monocromático que aparecería en años posteriores. Bastarían estas pinturas para hacer de Reverón un importante exponente del arte moderno de la primera época, pero fueron sólo el comienzo. Para principios de la década de 1930, la figura había reaparecido en su obra, para entonces realizada principalmente en sepia monocromo, que puede considerarse como representando la experiencia perceptiva de esfumar las formas en interiores en penumbra. Sorprendentemente, el tema de estos cuadros pasó a ser, cada vez más, no ya la figura humana sino las muñecas de tamaño natural que construían Reverón y su compañera, Juanita Ríos, junto con una gran variedad de imitaciones de objetos de uso diario que llenaban su apartada casa en la costa del Caribe, en las afueras de Caracas. Desde los años 30 hasta fines de los 50, Reverón creó una amplia gama de pinturas y dibujos extraordinarios -ambiciosas composiciones con figuras, paisajes (que incluían tanto paisajes naturales como imágenes más industriales del puerto de La Guaira), y autorretratos que a menudo incorporaban sus muñecas caseras en el fondo. Sus obras continuaban siendo técnicamente innovadoras y desafiantes desde el punto de vista formal, pero también estaban imbuidas de una nueva carga emotiva. Las pinturas de gran formato de temas bucólicos tienen una belleza melancólica, mientras que los paisajes de la última época hacen del entorno diario de Reverón un lugar de fantasmas y sombras. Junto con sus últimos autorretratos, conmovedores y directos a la vez, estas obras serenamente impactantes se encuentran entre los mejores exponentes del arte de mediados del siglo XX. La muestra estará dividida en secciones aproximadamente cronológicas que exhibirán las obras preliminares de Reverón y luego fases de su trabajo en el género del retrato, el paisaje y el autorretrato. También presentará muchas de las muñecas y objetos fabricados artesanalmente por Reverón. La exposición Armando Reverón se podrá visitar en el 6º piso del Museo de Arte Moderno desde el 6 de febrero hasta el 16 de abril de 2007. Estará acompañada de un catálogo - la primera publicación sobre el artista en idioma inglés. La exposición ha sido organizada por John Elderfield, Curador General de Pintura y Escultura de la Colección Marie-Josée y Henry Kravis. |