LA INTRANSIGENCIA SURREALISTA DE LOS TRÓPICOS – MARIA MARTINS: DESEO IMAGINARIO

Por Por Mario Gioia, crítico de arte y curador independiente | marzo 31, 2022

Clasificada sin sumisión, con una complejidad e interés cada vez mayores, la obra de Maria Martins (1894-1973) aún no ha ganado reconocimiento en su país natal. Pero una selección de unas 50 piezas, expuestas en Río de Janeiro hasta junio, debería ayudar a reposicionar a la escultora, dibujante y grabadora en el panteón de los principales artistas brasileños.

LA INTRANSIGENCIA SURREALISTA DE LOS TRÓPICOS – MARIA MARTINS: DESEO IMAGINARIO

“Es muy interesante mostrar su obra en 2022, año en el que se celebra el centenario de la Semana de Arte Moderno [de 1922]. Ella, como Goeldi [1895-1961] y Flavio de Carvalho [1899-1973], representa otra idea del trópico, una modernidad más oscura que subvierte lo dócil y placentero a los ojos del espectador”, dice la curadora asistente de Maria Martins: Deseo Imaginario, Fernanda Lopes (ex-MAM Rio).

 

Cabe señalar que la participación en la penúltima edición de Documenta en Kassel, en 2012, hizo que el interés por el surrealismo un tanto tropical de Martins resonara con más fuerza no solo a nivel internacional. Así, hizo que el circuito brasileño la apreciara a través de muestras más amplias, como la realizada por el MAM en São Paulo un año después de la muestra alemana, curada por Veronica Stigger, y la muestra actual, que recorrió el Masp, en São Paulo, y hoy tiene su sede en la Casa Roberto Marinho, uno de los más importantes empresarios de los medios de comunicación en Brasil, fallecido en 2003, y coleccionista de piezas relevantes de la artista de Minas Gerais.

El período detallado en la presente exposición resulta ser exacto pues muestra el surgimiento de una vigorosa producción extraída lejos de Brasil. Martins estuvo casada con un embajador, Carlos Martins (1884-1965), cuya vida diplomática fue muy agitada hasta 1939, cuando la pareja se instaló en Estados Unidos y la artista logró desarrollar su carrera, desde su primera exposición individual, en 1941, en la Galería Corcoran, en Washington.

 

En la ocasión, Martins esboza su poética inquietante y más aún utiliza la madera como material base de los 18 tridimensionales. En la mencionada muestra individual en Estados Unidos hay dos piezas clave. Cristo (1941), que fue adquirida por el MoMA de Nueva York, y Salomé (1942), que iría a parar a una colección no identificada, pero ambas tenían una talla inquietante que empezó a llamar la atención de la crítica y nombres más vanguardistas. Martins ya tenía 47 años en la inauguración.

 

Sin embargo, el punto de inflexión en la trayectoria de Martins es Maria: New Sculptures en la Valentine Gallery de Nueva York en mayo de 1943 a abril de 1944. Simultáneamente, el espacio albergaba Mondrian: New Paintings, centrándose en la producción reciente del Maestro constructivo holandés (Martins adquirió y donó uno de sus lienzos al MAM de Río, institución de la cual fue una de las fundadoras, pero de los cual ya no queda constancia debido al incendio ocurrido en el museo en 1978).

 

En la sección Imaginarios amazónicos de la muestra actualmente expuesta, se explica cómo la producción de la artista, a partir de la muestra de 1943-44, se arraiga en una metamorfosis de formas en la que se evidencia la exuberancia de la selva tropical con la indómita amalgama de hojas, ramas y enredaderas y figuras sostenidas en la imaginación de leyendas regionales, mitologías indígenas y afrobrasileñas. Aún más interesante es que todo tiene un marco ficticio, ya que Martins nunca había visitado el Amazonas. En esa línea, varios museos estadounidenses adquieren piezas para sus colecciones, y hoy en Río se pueden ver esculturas como Glébe-eiles (1944), de la Colección Roberto Marinho, y No olvides que vengo del trópico (1945), de la Colección Fadel, entre otras obras excepcionales.

En Deseo Imaginario es central el núcleo Duplas imposibles, en el que aparecen piezas emblemáticas de Martins: O Impossível, con versiones realizadas entre 1944 y 1946 presentadas en la Valentine Gallery en 1946. Por suerte, en las obras pertenecientes a colecciones nacionales, resumen, con absoluta habilidad formal, movimientos de atracción y repulsión, pertenencia e ingenio, deseo y retracción, imposibilidad y plenitud, vida y muerte, etc.

Con una notable trayectoria fuera de Brasil, muchas obras de Martins se pierden, con pocos registros en blanco y negro en catálogos y periódicos de la época, como Por mucho tiempo creí soñar que era libre (1945-46), en la que la figura de una mujer se libera de una densa red de vegetación.

Desafiante hasta el día de hoy, el cuerpo de trabajo de Maria Martins ha desconcertado a nombres canónicos en la crítica de arte brasileña desde su primera exposición individual en el país, Maria: Esculturas, en 1950 en el MAM de São Paulo. La muestra obtuvo una recepción positiva por parte de gigantes como Walter Zanini (1925-2013) y la incomprensión de críticos como Mário Pedrosa (1900-1981) y Menotti del Picchia (1892-1988). Y Río de Janeiro, la ciudad escogida por la artista y su esposo para vivir desde 1950, sólo recibirá una gran exposición en 2022, centrada en su trayectoria – en 1956, el MAM carioca exhibió 42 esculturas, además de dibujos y grabados. Afortunadamente, la deuda del circuito visual brasileño con una artista de una talla tan inmensa está, poco a poco, disminuyendo.

 

Maria Martins: Desejo imaginario

Curadores: Isabella Rjeille y Fernanda Lopes

Hasta el 26 de junio 2022

Casa Roberto Marinho: R. Cosme Velho, 1105 - Rio de Janeiro, RJ

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