UN FUTURO COMPARTIDO Y OPTIMISTA EN LANDSCAPE AND HIERARCHIES, LA MUESTRA DE ALEXANDRE ARRECHEA.

ArtYard inauguró la nueva muestra del artista cubano Alexandre Arrechea. Landscape and Hierarchies explora la relación entre el individuo y lo colectivo, y el efecto dominó que tienen las acciones humanas sobre la sociedad y la naturaleza.

UN FUTURO COMPARTIDO Y OPTIMISTA EN LANDSCAPE AND HIERARCHIES, LA MUESTRA DE ALEXANDRE ARRECHEA.

Con la curaduría de Elsa Mora, la exhibición fue producida específicamente para ArtYard e incluye acuarelas monumentales, esculturas e instalaciones multimedia. Arrechea se inspira en los deportes para investigar sobre las dinámicas de poder que esconden nuestra vida cotidiana. A través de objetos comunes en estadios de béisbol y parques infantiles yuxtapuestos con elementos naturales, el artista transforma lo pequeño en monumental, dándole una especial importancia a las pequeñas acciones.

“Arrechea interrumpe la dinámica que aquellos en la cima de las jerarquías sociales han promulgado durante generaciones: competencia por cooperación, ganadores y perdedores, reglas y sanciones, la separación de los humanos de la naturaleza. A través de su trabajo y proceso creativo, el artista nos invita a un espacio colaborativo para co-crear un futuro donde las personas y el planeta prosperen”, dice Elsa Mora, directora artística y curadora.

Esta exposición es la culminación de la residencia de verano del artista en ArtYard, en la que tuvo tiempo para reflexionar, experimentar y crear. Durante ese periodo, se interesó especialmente por el río Delaware y, como resultado, creó la pieza más grande de la exposición.

Alexandre Arrechea, de 52 años, tiene raíces en La Habana, Nueva York y Madrid. Su trabajo comprende instalaciones a gran escala, esculturas, acuarelas y videos que debaten sobre temáticas como historia, la memoria, la política y las relaciones de poder en el espacio urbano. A lo largo de su trayectoria, fue creando una interacción más activa con la audiencia, ya que su exploración del espacio invita a cuestionar las resonancias culturales implícitas en la arquitectura, y cómo éstas condicionan sus múltiples lecturas. Es reconocido por Nolimits (2013), un proyecto monumental compuesto por 10 esculturas inspiradas en edificios icónicos de la ciudad de Nueva York y erigidas a lo largo de Park Avenue; y Katrina Chairs (2016) expuesto en el Festival de Música Coachella, en California.

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