EL CENTRO BOTÍN EXHIBE PICASSO IBERO Y TRAZA LOS LAZOS DEL ARTISTA AL ARTE “PRIMITIVO”

La muestra se propone explorar la influencia del arte ibero en la obra de Pablo Picasso a través de más de 200 piezas. Organizada en colaboración con el Musée national Picasso-Paris y comisariada por Cécile Godefroy  con Roberto Ontañón Peredo como comisario asociado, se trata de una original confrontación, tan estimulante como espectacular, que brinda al visitante la posibilidad de reflexionar sobre cómo el descubrimiento de un arte autóctono y “primitivo” contribuyó a la formación de la identidad y el lenguaje artístico de uno de los mayores artistas del siglo XX.

EL CENTRO BOTÍN EXHIBE PICASSO IBERO Y TRAZA LOS LAZOS DEL ARTISTA AL ARTE “PRIMITIVO”

Pablo Picasso (1881–1973) descubrió el arte ibero en 1906, en la sala de antigüedades orientales del Louvre, a través de algunas esculturas como las del Cerro de los Santos (Albacete) o la “Dama de Elche”. Este hallazgo le llevó a elaborar en los meses sucesivos varias obras -dibujos preparatorios, esculturas y pinturas- directamente inspiradas en la estatuaria monumental en piedra y en los pequeños exvotos de bronce que contempló en sus visitas al museo. Todo ello supuso un punto de inflexión en su investigación formal y le llevó desde una obra más clásica hasta el salto que representó el cubismo en su trabajo.

 

PICASSO IBERO ofrece al visitante, a través de un centenar de obras, un panorama completo del trabajo del artista desde su periodo protocubista hasta sus últimos años, al tiempo que examina el fértil diálogo que va desde el período «ibero», del que sigue los desarrollos determinantes que llevaron a Picasso del período rosa a una selección de obras del año 1908, hasta las obras en las que resuenan -formal o conceptualmente- los grandes temas, características y prácticas del arte ibero, siendo estas últimas las que nos llevan hacia sus últimos años de creación y que incluyen una inmensa variedad de técnicas y gestos artísticos.

Se trata, además, de la primera vez que se reúnen en una exposición tal número de piezas arqueológicas para, a través de ellas, descubrir la diversidad del arte ibero valiéndose tanto de esculturas de piedra de gran formato, como de objetos culturales de bronce y cerámica pintada.

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