LA SUMA DE SUS PARTES: AMALIA CAPUTO "CADA SER ES UNA ISLA”

Por Melissa Díaz y Sofía Guerra | octubre 07, 2021

En su primera exposición individual en el Deering Estate, Amalia Caputo reflexiona acerca de cómo percibimos el entendimiento de lo natural y lo explora a partir de un territorio que gira en torno a sistemas de clasificación visual. "Every Being is an Island" ("Cada ser es una isla”) es una muestra inmersiva que construye un subjetivo y amplio retrato del medioambiente subtropical natural del sur de la Florida.

LA SUMA DE SUS PARTES: AMALIA CAPUTO "CADA SER ES UNA ISLA”

La obra de Caputo crea un espacio para analizar el cómo nos percibimos a nosotros mismos dentro del mundo natural, y las limitaciones al intentar asir algo tan vasto, complejo e ilimitado como la naturaleza. El ejercicio de Caputo es de minuciosa observación y recopilación que podemos ver de manifiesto en los cuatro pendones fotográficos de gran formato que conforman su atlas visual. La organización de las imágenes en la instalación "Cada ser es una isla" se categoriza de forma relacional mediante un sistema de clasificación inspirado por el "Atlas Mnemosyne" de Aby Warburg. Caputo se conecta especialmente con el concepto de Warburg de la fórmula del Pathosformel en el cual las imágenes se vinculan a partir del impacto psicológico y emocional que estas generan. La exposición "Cada ser es una isla" está conformada por tres cuerpos de trabajo distintos que fueron realizados durante su residencia artística en el Deering Estate. Las obras incluyen las cuatro fotografías de gran formato "Cada ser es una isla", una selección de sus fotografías Nature Mort (Naturaleza muerta) y el video Bodies of Water I (Cuerpos de agua, I). Cada pieza existe independientemente, pero están vinculadas entre sí por el enfoque holístico en el que Caputo trabaja en tanto a la comprensión de la relación de lo humano con la naturaleza. El impulso naturalista en su obra ha sido siempre una parte importante de su práctica artística, y pasó a ser un componente vital en el proceso de trabajo que desarrolló en su estadía en el Deering Estate.

 

Como uno de los monumentos históricos más antiguos del sur de la Florida, el Deering Estate ha presenciado más de un siglo de cambios y se ha convertido en un espacio de investigación para la práctica y la exploración artística. Como conservacionista, Charles Deering, siempre mostró un marcado interés por el espacio natural y por ende, el de sus tierras, y en ello puso de manifiesto su voluntad de mantener la propiedad prácticamente intacta, mediante una mínima intervención y cultivación de la zona. El proceso de Caputo, en su acercamiento a este proyecto desde la tradición de la artista como flâneuse [1] y como naturalista, incluyó largas caminatas en los recónditos humedales y manglares, así como en los bosques de maderas duras. Durante estas frecuentes y largas caminatas, Caputo construyó con su cámara un archivo de fotografías y videos, a la par que acumuló un vasto inventario de materiales orgánicos descartados por la naturaleza misma, encontrados por los caminos del área natural y a lo largo de la costa. Un componente clave de su práctica como artista residente, fueron las continuas observaciones que sostuvo durante el período de tiempo de la residencia, en el que visitaba diariamente los mismos lugares para documentar sus transformaciones y crear así,  un archivo a partir de estas imágenes que reflejaban su propia memoria, tomadas de recorridos anteriores. La inspiración inicial para este proyecto surge de su contacto con las obras de los primeros naturalistas que llegaron a América, como Alexander von Humboldt, entre otros,  y en particular el trabajo de Charles Torrey Simpson, quien exploró los mismos hábitats subtropicales en su libro "In Lower Florida Wilds" (1920). Caputo transformó su estudio en un laboratorio de material efímero con el fin de documentar la pervivencia del mundo natural.

 

"Cada ser es una isla" explora, además, cómo la conciencia humana percibe los fenómenos naturales. El lenguaje visual de Caputo se desarrolla a partir de una variedad de fuentes filosóficas y literarias, entre ellas la Fenomenología de la Percepción (1945 ) de Maurice Merleau-Ponty y la definición de Timothy Morton de los "hiperobjetos", quien considera a fenómenos tales como el calentamiento global y los efectos de la naturaleza experimentados sólo como segmentos y en relación al paso del tiempo. [2] En cada una de las láminas de gran formato, la ubicación de cada imagen con respecto a la siguiente revela importantes detalles en cuanto a las texturas, así como sugiere relaciones entre los sujetos fotografiados que de otro modo no serían evidentes de inmediato. El estudio que la artista hace del mundo natural también se inspira en el "pensamiento archipielágico" de Edouard Glissant, quien enfatiza la importancia de estudiar la ‘parte’ en su relación con el ‘todo’. El título, "Cada ser es una isla", analiza el concepto de isla como parte del entorno, una entidad que existe por sí misma, pero que se percibe mejor si se analiza dentro de la estructura grupal del archipiélago, como una red de islas que se relacionan unas con otras. [3] Si se mira a la línea del horizonte, la isla se vuelve un punto focal emblemático que atrae nuestra mirada. Es así como la noción de isla sirve de base conceptual para la construcción del atlas visual de Caputo. En las láminas de gran formato, cada imagen existe individualmente, pero también se puede comprender el ‘todo’ a partir de la relación con las demás. En "Cada ser es una isla, Isla I", se presenta a la isla como un todo, pero en varios tonos, ángulos y perspectivas a partir del punto de vista aventajado que ofrece  la costa. En "Cada ser es una isla, Isla II", cada imagen ofrece un detalle pequeño de una característica natural, por ejemplo, el nudo de un árbol o de una rama, que vistos juntos, representan a un mundo mucho más grande y salvaje. Por sí solas, las imágenes brindan una verdad singular y de alguna manera mediada, pero juntas ofrecen una narrativa diversificada sobre la biodiversidad y el medioambiente. De cierta manera, "Cada ser es una isla" busca definir la experiencia de la naturaleza mediante la suma de sus partes.

En "Cada ser es una isla" se considera el agua en el contexto del concepto de hiperobjeto de Morton. La tercera lámina “Cada ser es una isla, Agua I" ofrece múltiples representaciones de algas multicolores, varios procesos de oxidación del agua, y la diversidad de la vida marina. En “Cada ser es una isla, Isla II" se muestra, en cambio,  el recorrido visual y la frontera en la cual el agua se encuentra con la tierra. Así, en cada uno de los cuatro largos lienzos fotográficos hay ricos detalles de una variedad de árboles, suelos y plantas que fluyen junto con imágenes de objetos, materiales y texturas que se encuentran flotando en el océano y a lo largo de la costa. El agua usualmente se resiste a una representación total, así, en Cuerpos de agua I"), la observación y la documentación de Caputo hace visible lo imperceptible. El video en loop de 35 minutos constituye una meditación en movimiento acerca de la esencia y la interconectividad del agua en constante movimiento, y como tal,  afecta y conecta a todos los seres vivos y a las masas continentales.

 

Algunos objetos de la colección de elementos orgánicos que Caputo reunió durante su estadía en Deering Estate están presentes en las cuatro fotografías de paisajes construidos de la serie "Naturaleza muerta" incluidas en la exposición. En estas fotografías individuales Caputo ha colocado algunos objetos sobre un fondo de fotografías de paisajes naturales tales como algas o arena, para luego volver a fotografiarlos. Las imágenes obtenidas en el proceso de re-fotografiar el paisaje contrastan con el enfoque directo de las imágenes de los largos pendones, cuyas imágenes no han sido intervenidas,  mediante el cuidadoso proceso de  componer y  re-crear el  paisaje, acción que sugiere un nuevo modo de existir en el mundo real, cual espejo de lo que vemos, y que invitan al espectador a cuestionar la experiencia de la naturaleza en la medida que ésta se ve cada vez más alterada por la continuada y exponencial intervención humana.

 

En su totalidad, la muestra "Cada ser es una isla" presenta al público una experiencia de inmersión total que invita a analizar los conceptos y las relaciones de temporalidad del mundo natural y su carácter efímero.  Nos sugiere igualmente, que consideremos los conceptos y las relaciones que nos han sido inducidas por nuestras propias observaciones y experiencias, así como el pensar en la autonomía de las imágenes, y su función en la creación y formación de nuestra memoria. Más allá del marco contextual, "Cada ser es una isla"nos pide, además, que consideremos la fragilidad de la naturaleza así como nuestro consumo y exploración del paisaje natural.  

 

[1] La idea del flâneur (término que procede del francés y significa 'paseante' o 'callejero') como observador de la vida urbana fue introducida por primera vez por Charles Baudelaire en The Painter of Modern Life ("El pintor de la vida moderna"), 1863. En su libro Flâneuse: Women Walk the City in Paris, New York, Tokyo, Venice, and London (Flâneuse: Una paseante en París, Nueva York, Tokio, Venecia y Londres), (2016), Lauren Elkin expandió el concepto para incluir la participación de las mujeres en esta práctica.

[2] Timothy Morton, “Introducing the idea of ‘hyperobjects,’” High Country News, 19 de enero del 2015.  

[3] Michael Wiedorn, “On the Unfolding of Édouard Glissant’s Archipelagic Thought,” Karib – Nordic Journal for Caribbean Studies, 6(1) (2021): 3.