Sachiyo Nishimura

Galería AFA, Santiago

Por Carolina Lara B. | abril 12, 2011

El trabajo de Sachiyo Nishimura (1978) expande la noción de lo fotográfico bajo estrategias abstracto-minimalistas que quiebran a su vez la noción de lo real. En “Extractos de la ciudad”, las imágenes en blanco y negro se repiten casi idénticas en series similares, tematizando la ciudad contemporánea, sus sistemas de comunicaciones, tal vez la soledad y el abandono.

Paisaje/Ficcion 12-05, 2010. Photography. 33.46 x 12.59 inches. Fotografia, 85 x 32 cms.

En un pulcro y ordenado montaje, la artista insiste con el mismo modelo: todas las tomas corresponden a estaciones de trenes vacías, donde la mirada se centra en los entramados de cables, torres y postes que se arman contra un cielo iluminado, a unos metros sobre las líneas férreas, configurando redes, demarcaciones y formas geométricas. Al fondo, las construcciones urbanas emergen grises y anónimas. En dípticos donde dialogan fotografías que juegan a ser iguales, la segunda imagen es sutilmente transformada por el recorte y ciertas transposiciones de elementos figurativos. En otros registros, la autora prescinde del contexto y encuadra solo el cielo dibujado por los cables y rectas, repitiendo la toma con ciertas variaciones en varios módulos que se combinan dentro de políp- ticos. La fotografía se vuelve un trabajo gráfico y abstracto, donde ya no existe la ciudad, sino solo líneas puras que se disparan, se cierran y se abren hacia el infinito que adivinamos. La artista chilena radicada en Londres trabaja hace diez años con el paisaje urbano y hace cuatro, con reconfiguraciones gráficas donde incluso ella misma traza cuadriculados que se confunden con las tramas de cables, engañando al ojo. Entre otras estrategias, están el registro, pero también el recorte, la intervención técnica y la propia mano. Las imágenes de la ciudad son finamente manipuladas. El paisaje urbano se transforma así en ficción; y la experiencia de la fotografía, en una invitación a expandir la mirada y no conformarnos con ver solo una vez.