Flavia Da Rin

Galería Ruth Benzacar

Por Victoria Verlichak | enero 08, 2015

Las seductoras imágenes de Flavia Da Rin (Buenos Aires, 1978) suelen destilar fantasía, humor y, disimulada, melancolía; están estructuradas alrededor de la apariencia de la artista en continúa e infinita transformación.

Flavia Da Rin

En “Terpsícore entreguerras”, su muestra en galería Ruth Benzacar, la artista esta vez cambia los colores y grandes formatos de sus obras anteriores por íntimos retratos en blanco y negro. Da Rin circunscribe el espacio de la invención fotográfica principalmente a su imagen -siempre versátil y emplazada ante espacios reales o ilusorios-, que incluyendo la performance, ya que ella actúa y posa para las fotos. Terpsícore -joven esbelta, con un aire jovial y de actitud ligera- es en la mitología griega la musa de la danza.

En estas fotografías, trabajadas digitalmente, Da Rin va tras los pasos de arriesgadas mujeres que -entre los años 1918 y 1939- se asociaron desde la danza a las vanguardias históricas: Lizica Codreanu (bailarina rumana de los Ballets de Russes de Diaghilev, cautivó a Brancusi y a Sonia Delaunay); Giannina Censi (italiana, interpretó la danza futurista, el vuelo del avión); Mary Wigman (alemana, inspiración de la danza expresionista); Valeska Gert (bailarina, actriz, estrella del cine y cabaret berlinés anticipó el movimiento punk); Martha Graham (pionera de la danza moderna, según los expertos, influyó en la danza como Picasso en las artes plásticas).

Las espléndidas personificaciones de Da Rin resultan en asombrosas imágenes que capturan exquisitos y sorprendentes movimientos, la variada selección de las coreografías, el vigor y los vínculos de las bailarinas con las artes visuales. Así, graciosa y etérea, Da Rin viaja al margen dichoso de un momento histórico que -aún con el auge del fascismo y con la economía mundial en crisis- revolucionó las artes (dadaísmo, constructivismo, surrealismo, futurismo, modernismo) y estableció una bohemia tan problemática como fascinante.