Anthony Goicolea

Extraña interacción: la obra de Anthony Goicolea

Por Silvia Karman Cubiná (*) (Miami) | agosto 07, 2010

La totalidad de la obra de Anthony Goicolea puede ser descrita como una autobiografía de ficción. De forma análoga al artista Gregory Crewdson, Goicolea crea elaboradas puestas en escena, producidas laboriosamente para cada obra y que dan por resultado escenarios melancólicos, siniestros, donde sus personajes interactúan y crean historias indefinidas. Sus videos, así como sus fotografías, siempre describen grupos de muchachos dedicados al juego, o más bien, a actividades ambiguas: un joven sujetando a otro sobre la cama y escupiendo en su rostro; jóvenes que llevan capuchas y corren asustados por el bosque; jóvenes que limpian una piscina llena de cuerpos flotantes; un muchacho que se muerde obsesivamente las uñas; colegiales que posan maliciosamente como en una fotografía de grupo estudiantil, y chicos de uniforme sentados a una mesa y comiendo con glotonería. Estos son algunos de los muchos ejemplos del comportamiento de adolescentes varones captados por el artista desde 1996 en fotografías y videos, y más recientemente, también en instalaciones y dibujos.

The Somnambulists, 2006. Mixed media on mylar. 59.5 x 52.5". Courtesy Sandroni Rey, Los Angeles.

Observando más de cerca, el espectador se da cuenta de que todoslos muchachos representados mientras realizan estas acciones inusuales son el mismo, y en la vida real, la apariencia juvenil de Goicolea ha sido descrita por muchos como “extraña”. Aunque el artista nació en 1971, con maquillaje y disfraz a menudo pasa por un adolescente. Esta característica física le sirve como herramienta para explorar temas y conductas relacionadas con adolescentes varones. De origen cubano-americano, Goicolea no se inspira tanto en su herencia cultural como en las cuestiones de género y sexualidad, especialmente las relacionadas con el ambiguo período de la prepubertad y la adolescencia masculinas y los complejos ritos de transición en la búsqueda de identidad, autoestima y un sentido del ser.

Su serie Cuentos de Hadas (Fairy Tale Series), de 1996, establece el escenario para una obra completa en la que el performance, la ficción y el relato biográfico se entrelazan. Esta serie ilustra cada letra del abecedario con un personaje o un tema tomado de un cuento de hadas e “interpretado” por el mismo artista. Caracterizado como veintiséis personajes distintos y casi sin ninguna escenografía, el artista “toma prestadas” historias que le son familiares al espectador y las re-interpreta en estas fotografías. Al hacerlo, asocia incorrectamente al azar y distorsiona estos iconos culturales, construyendo su propio mundo de híbridos, como él mismo lo explica: “Investigo las construcciones sociales relacionadas con la edad y el género y hago alusión a los tabúes asociados a los roles de género, las fantasías adultas e infantiles, y las ideas convencionales sobre la belleza y lo grotesco”. Esta investigación recorre la totalidad de la obra del artista hasta el presente.

En su serie Autorretratos (Self-portrait Series), producida casi simultáneamente con la de los Cuentos de Hadas, Goicolea comienza a desarrollar narraciones más personales al interpretar personajes involucrados en diversas acciones infantiles cuestionables. Parafraseo la explicación del artista: Al mismo tiempo que se percibe a estos personajes como perturbadores o repugnantes, su extravagancia y vulnerabilidad logran que el espectador simpatice con ellos.

Gradualmente, en sus fotografías y más tarde en sus videos, el artista comienza a desarrollar narraciones que se vuelven más y más complejas en cuanto a la interacción entre los personajes y las escenas. Ya sea en sus fotografías, sus videos, sus video- instalaciones o sus dibujos, el artista crea una tensión descripta a través de acciones que parecen estar en pleno desarrollo. Comenzando con Tú y qué ejército (You and What Army), y continuando con sus series Campamento de verano (Summer Camp Series) y Detención escolar (Detention), Goicolea clona digitalmente su propia imagen en una variedad de personajes que interactúan, introduciendo un elemento narcisista en juego entre éstos. Estas fotografías a gran escala y formato mural muestran escenas de campamentos de verano, colegios para varones, y parodias de citas, por ejemplo, juegos en los que los adolescentes asumen roles en una investigación acerca de la identidad sexual y de género. A menudo, estos temas son introducidos por medio de elementos sutiles tales como uniformes escolares, y elementos de utilería, como ser canoas o cuchetas, que representan estos ritos de tránsito. Como si fuese un voyeur, el espectador tiene la impresión de estar experimentando algo precario en medio de un acontecimiento que se está desarrollando sin que se sepa cómo sucedió o qué ocurrirá a continuación.

En el 2003, Goicolea comienza a producir videos. El virtuoso trabajo de cámara del artista empieza a convertir las imágenes fijas en secuencias temporales de movimiento y acción. Sus narraciones continúan la línea de su principal exploración temática y sus personajes se clonan digitalmente delante de nuestros ojos en actividades obsesivas tales como morderse las uñas o hacer cosquillas. Sus decorados se vuelven mucho más complejos y requieren la producción de escenografías completas para sus personajes, ahora en movimiento. Anfibios (Amphibians), 2003, la más elaborada y ambiciosa de entre las primeras series de video, comienza mostrando a un muchacho asustado, con una capucha roja y vistiendo uniforme, que corre por el bosque. A medida que corre, se multiplica y se convierte en dos, luego en cuatro, luego en seis muchachos, todos escapando atemorizados de algún peligro inminente. Cuando llegan a un lago, se despojan de sus zapatos y capas rojas, y vistiendo sus uniformes de colegio se zambullen y comienzan a nadar. El video capta entonces a los jóvenes nadando bajo el agua, llega a su fin y vuelve a la escena del principio.

En la obra de Goicolea, la escenografía se ha vuelto más importante y elaborada en los últimos dos años, y su importancia relativa con respecto de las figuras se ha incrementado. En las series Secuestro (Kidnap) y Refugio (Shelter), vastos paisajes espeluznantes hacen parecer pequeñas a las figuras y a sus acciones. Estas obras implican acciones muy complejas que tienen lugar en escenarios ya no construidos enteramente por el artista sino encontrados en la naturaleza. En el 2005, en la serie Paisajes (Landscape Series), el artista finalmente elimina por completo a las figuras de su fotografía y se enfoca solamente en los escenarios. Este conjunto de obras presenta escenas líricas pero misteriosas, en las cuales los vestigios de la figura se encuentran siempre insinuados y presentes. Han sido producidas simultáneamente con obras que continúan incluyendo figuras, pero de una forma más sutil que en obras anteriores. En el 2005, Goicolea produce video-instalaciones que incluyen elementos y utilería de índole teatral, como si quisiera invitar al espectador a vivenciar sus escenografías fotográficas y de video y participar en un entorno teatral. En 2005-2006, Goicolea crea dibujos imbuidos de una rara e intensa cualidad lírica.

Desde un punto de vista formal, estos dibujos muestran una economía de línea y una utilización de colores sutiles que contrastan con agudas formas negras. El artista hace un uso sublime del espacio negativo en todo momento. Aunque figurativos, estos dibujos evidencian una ingenuidad que los diferencia de la naturaleza realista de las primeras fotografías de Goicolea. Parecen remontarse a las obras más personales, más de cuento de hadas, con menor información y menos estructura narrativa. Estas obras completan un círculo a medida que el artista navega por el vulnerable sendero en el cual lo extremadamente personal y lo público se funden.

(*) Directora de The Moore Space, Miami desde 2002 y curadora independiente.

Perfil

Goicolea obtuvo su maestría en Escultura y Fotografía en el Pratt Institute of Art (1994-1996), y su licenciatura en Bellas Artes en la Universidad de Georgia. También cursó estudios en la Universidad de Madrid. Ha realizado numerosas exposiciones en prestigiosos centros internacionales y su obra está representada en colecciones permanentes tales como la del Museo Whitney de Arte Americano, Nueva York, NY; el Museo de Arte Moderno (MOMA), Nueva York, NY; el Museo de Arte Guggenheim, Nueva York, NY; el Museo de Arte de Brooklyn, NY; la Colección de Arte de la Universidad de Yale, Fotografía, CT; y el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, España, entre otras. También se ha hecho acreedor a importantes becas y premios por su trabajo, siendo entre ellos el más reciente la beca de la Fundación Cintas en la categoría de Artes Visuales, otorgada el mes pasado en Miami.