Carlos Motta: Deseos. Galerie Mor Charpentier, Paris.

Por Claire Luna | marzo 27, 2016

La primera exposición individual del artista colombiano explora la representación histórica del deseo sexual no convencional.

Carlos Motta, La puissance et la jouissance, 2015. Installation of twenty letterpress printed drawings (2.5 x 3.8 cm. each) with magnifying glasses and fluorescent light bulbs.

“¡No hay nada que ver aquí!”, declama, con exaltado humor, el galerista Alex Mor al llegar a la exhibición de Carlos Motta (Bogotá, 1978). Por cierto, la habitación pareciera vacía, salvo los objetos circulares, miniaturas incrustadas en las paredes. Toca acercarse, inclinarse un pelín y mirar por la vía indicada: una lupa a través de la cual aparecen imágenes históricas que representan escenas de prácticas homosexuales, femeninas y masculinas, unas bestiales, otras tomadas de la Biblia o figuras de la mitología romana practicando sexo.

La instalación de 20 dibujos miniaturas, con el muy elocuente título Puissance et jouissance (Potencia y goce), invita al público a comprender cómo ciertos deseos fueron construidos en contra de la naturaleza y fueron, en consecuencia, catalogados como marginales o permanecieron invisibles. El título alude al tebeo que se concibió para el Rapport contre la normalité (Informe contra la normalidad) del Front Homosexuel d’Action Révolutionnaire (FHAR), un movimiento parisino y autónomo fundado en 1971 conocido por haber dado una visibilidad radical al combate gay y lésbico en esta época.

Artista multimedia, Carlos Motta es un verdadero investigador. Estudia y documenta las condiciones sociales y luchas políticas de las comunidades minoritarias sexuales y de género con el objetivo de cuestionar los discursos dominantes y normativos al respecto. Se lo podría considerar como un archivista de historias reprimidas y de relatos olvidados.  

Al seguir la visita, se oye voces que vienen del subsuelo: se trata de Deseos (Désirs), un video que narra las historias paralelas de dos mujeres – Martina  de Bogotá y Nour originaria de Beirut – en el siglo XIX. Ambas experimentaron relaciones homosexuales y su correspondencia ficticia revela las barreras a las que tuvieron que enfrentarse – se sometieron a juicios de tribunales sin hablar de la reacción de sus familias respectivas – por haber intentado vivir el amor que tenían por una persona del mismo sexo.    

La primera exposición individual del artista colombiano explora la representación histórica del deseo sexual no convencional, entendido por la mayoría como indecente, y pone de relieve los dispositivos institucionales que han producido estas representaciones. Aunque situado históricamente con bastante precisión, el debate sigue desafortunadamente vigente y candente hasta hoy.