CONTEMPORÁNEO Y ATEMPORAL - MARIO CRAVO NETO: ESPÍRITUS SIN NOMBRE

Por Mario Gioia, crítico de arte y curador independiente | agosto 12, 2021

Las 322 piezas que componen Espíritos sem nome (Espíritus sin nombre), retrospectiva dedicada a la producción del bahiano Mario Cravo Neto (1947-2009) en la sede paulista del Instituto Moreira Salles, dan fe de su vigor como artista visual; con la robustez de su obra impregna soportes más allá de la fotografía, ya que produce piezas en lenguajes como el cine, el tridimensional, el dibujo y la edición, entre otros.

CONTEMPORÁNEO Y ATEMPORAL - MARIO CRAVO NETO: ESPÍRITUS SIN NOMBRE

Muchas de las obras más interesantes del recorte escapan precisamente a la imagen bidimensional y algunos puntos claves de lo que se presenta en la institución de SP tienen dimensiones de proyecto, inacabadas y procedimentales. Así, sigue la línea de O estranho e o raro, una exposición individual comisariada por el artista Bené Fonteles, expuesta en la galería Millan, también en São Paulo, en 2019.

 

No es que estén ausentes las series más famosas del artista, como Eternal now - fuertes, pero vistas hasta el agotamiento en las ferias de arte durante años y años. Y las imágenes de Salvador natal, con luz barroca y hábiles aproximaciones con qué y quién se retrata, también son relevantes dentro de Espíritus ... en varios conjuntos.

Inicialmente se pueden destacar los audiovisuales. Sorprende el Gato Capoeira (1979), realizado en 8 mm y con 13 minutos, que sigue los vagabundeos de un capoeirista por la capital bahiana entre lo undeground y lo icónico, lo prohibido y lo turístico. La película Luz e Sombra (1976) ya presentada en Millan, extrae una intensa poética del grave accidente que sufre Mario y que lo deja bajo imposiciones médicas durante casi un año, un laboratorio de profunda experimentación temático-visual desde lo precario. El accidente también reserva un apartado importante en la exposición, que va desde el clic del auto Brasilia completamente averiado hasta acuarelas de síntesis elogiada, técnica utilizada por el artista en diferentes momentos de su producción.

 

El video GW-43 (1991), por su parte, se centra en la Guerra del Golfo que tuvo lugar ese año y que se destacó debido a la cobertura masiva de la televisión norteamericana. “Se encuentra en esta obra un conjunto de referencias que la acompañan: la fascinación por los contrastes, por el fuego, por la lucha, por la dimensión trágica y poética de la existencia humana”, escribe el curador de la exposición, Luiz Camillo Osorio (ex MAM Rio).

 

Los años 70 son pródigos en esta faceta experimental del artista y esto tiene explicaciones. En 1969, Mario se instaló en Nueva York para estudiar en la Art Students League y abordó ideas conceptuales, reforzando investigaciones más permeables en su perspectiva fotográfica - manifestada en su carrera no solo en la fotografía más estricta, que se puede colgar en un marco, sino en otros formatos y configuraciones. Así, el metro, las ruinas industriales, los automóviles en constante movimiento, los paisajes humanos dinámicos, los lugares de escaso ocio, por ejemplo, adquieren lecturas cargadas de subjetividad. Al mismo tiempo, el artista continúa en su trabajo de estudio, creando esculturas y acuarelas, entre otros medios, que dan como resultado una muestra individual en la galería Zegri.

En la exposición actual, algo escondido en la cronología, hay una obra de autoría compartida con Bené, de 1979, en la que aparece el nido de pájaro realizado con fibras de vidrio 'robadas' del taller del artista - la construcción única en sí se muestra en IMS . "el proceso pasa por ella / El nido de fibra de vidrio / artista debe sintonizar con eso / construido por pájaros / en el entorno de mi / estudio" son frases inscritas en la obra, a la manera de aquellos años, reforzando el discurso y no solo lo que vemos. La muestra, de la misma década, también destaca la serie que Mario realiza en Dinamarca, en 1976, cuando conoce a la familia de su esposa, Eva. Recuerdos que caen entre lo íntimo y el viaje, lo afectivo y lo curioso.

 

A partir de la década siguiente, las naturalezas muertas construidas con elementos extremadamente banales -un neumático, tejas rotas, lona, ​​una pala- de la serie Bahía (1982-83) refuerzan los intrincados vínculos fotográficos con la escultura y mantienen un tono de Arte Povera.

Y de esos años surge la clave del título de la exhibición, que sirve para condensar lo que se muestra hoy. Espíritos sem nome (1985) es un proyecto inacabado, en el que el libro presenta imágenes flanqueadas por poemas y con relaciones a veces no tan claras y evidentes. Es un programa abierto, al igual que el scrapbook iniciado en la década anterior y que atraviesa épocas posteriores, en el que sus superficies en blanco y paginadas albergan planos, pensamientos, fotos de bolsillo, inserciones de equipos, fórmulas utilizadas en el estudio, invitaciones a exposiciones y otras varias cosas. La gramática de Mario Cravo Neto engloba diversos intereses, enfoques y procedimientos, que incorpora lo accidental y el azar, pero siempre con una inteligencia vista en pocos en la historia de la visualidad nacional, y no solo en la fotográfica.

Mario Cravo Neto - Espíritos sem nome (Espíritus sin nombre)

Hasta el 26/9/2021

Instituto Moreira Salles Paulista

Avenida Paulista, 2424

São Paulo

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