Gerardo Chávez

Gerardo Chávez
  El surrealismo es tan irracional como fantástico. Como exaltación de lo imaginario, debió nutrirse del mundo interior para su desarrollo. No es solamente la descripción de lo imposible, sino también la evocación de lo posible. Así­, encontramos en las obras de Gerardo Chávez una descripción de sus recuerdos que los torna creí­bles. En la opinión de Carol Damian, la ampulosa realidad que domina las pinturas de Chávez se compone de objetos alegres que se asocian con juguetes infantiles y diversión. Juega con los conceptos ordinarios del espacio y las dimensiones y nos invita a mirar a través de la obra. Los objetos se tornan permeables y penetrables a través de múltiples capas que carecen de sentido real. El espacio ha naufragado en el naufragio del carrusel.
Gerardo Chávez nació en Lima, Perú. En la década del sesenta, habiendo completado sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Lima, se trasladó a Francia para proseguir su carrera artí­stica. La combinación de una estética peruana y una europea, derivada de su herencia cultural, y sus experiencias artí­sticas en Parí­s, se transformaron en un repertorio personal de figuras extrañas que recuerdan a las representadas por Jerónimo Bosch a fines del siglo XVI.