BUENOS AIRES PHOTO 2006

Por Sánchez, Julio
BUENOS AIRES PHOTO 2006

4 Containers featuring video-installations
Containers de con video-instalaciones

5 days´ duration
dí­as de Feria

9 participating countries
paí­ses participantes

13 foreign galleries
galerí­as del exterior

33 exhibiting galleries
galerí­as expositoras

2.500 square meters of exhibition space
metros cuadrados de exposición

19.000 visitors (30% more than the previous year)
visitantes (30% más que el año anterior)

Con un muy buen balance, cerró sus puertas Buenos Aires Photo 2006. Concebida como una feria chica, en esta segunda edición, sobre un total de 33 galerí­as participantes, trece fueron extranjeras. Tanto para profesionales como para el público en general, la feria resultó de un nivel muy parejo que se caracterizó por una cuidadosa selección de propuestas. Los 19.000 visitantes y un notable incremento en las ventas confirmaron el éxito de este evento, que ya ha ganado su lugar en el calendario cultural de la región.

Por segundo año consecutivo, Buenos Aries tuvo su feria de fotografí­a, que se ha dado en llamar Buenos Aires Photo. En esta oportunidad, unas treinta y tres galerí­as de la Argentina y otros paí­ses (Canadá, México, Chile, Costa Rica, Ecuador, España, Estados Unidos y Perú) tuvieron oportunidad de mostrar al público local las últimas tendencias de una técnica que ocupa lugares más destacados en museos, instituciones, colecciones y hogares de aficionados al arte. Capitalizando la experiencia que les dejó la primera feria, esta vez los organizadores ajustaron el organigrama de actividades que por momentos resultó inabarcable. En esta oportunidad, la figura homenajeada fue Horacio Coppola, maestro nacido en julio de 1906 y que recientemente ha cumplido lúcidos 100 años de vida. Desde los 21 años Coppola comenzó a fotografiar las calles de Buenos Aires, la primera edición del libro Evaristo Carriego, de Jorge Luis Borges, fue ilustrada con sus tomas; tuvo el privilegio de estudiar con profesores de la Bauhaus y trabajó documentado obras de arte de variada procedencia. En este año el Museo de Arte Latinoamericano, Colección Costantini, le rindió otro homenaje al mostrar "Buenos Aires", una serie de fotos que la municipalidad de nuestra ciudad le pidió a Coppola para conmemorar los 400 años de la Primera Fundación. Invitado especialmente a participar en Buenos Aires Photo, otro gran maestro de la fotografí­a argentina, Juan Travnik, mostró parte de sus últimos trabajos, especialmente los paisajes de Claromecó, un singular balneario de la costa bonaerense. Este porteño nacido en 1950 no sólo es un fotógrafo de fuste, sino también un notable gestor cultural y un docente estimado por varias generaciones de discí­pulos; su trabajo sobre los veteranos de la guerra de Malvinas fue reconocido por la Fundación Guggenheim, que le otorgó la prestigiosa beca. Por primera vez, la empresa Petrobrás auspició un premio de fotografí­a; la convocatoria fue más que exitosa, ya que se recibieron cerca de 1100 propuestas que - finalmente y luego de una ardua labor para el jurado - se redujeron a ocho seleccionados, de los cuales salieron dos ganadores. Nicola Constantino (conocida aquí­ y en el extranjero por sus osadas propuestas, tal como su peleterí­a de piel humana, sus máquinas para nonatos y un jabón hecho con su propia grasa) se llevó el primer premio -por unanimidad- con una citación de Man Ray que a la vez evocaba a Brancusi, en un juego de homenajes múltiples. La obra del mexicano Oswaldo Chapa mereció el segundo premio de este concurso. Las mesas redondas, charlas y conferencias convocaron a un público curioso y participativo que acudió diariamente al soberbio edificio del Palais de Glace. La actividad no se redujo al espacio interno, en los aledaños y como novedad, se incorporó la modalidad de containers para mostrar video arte (Silvia Rivas, Oscar Muñoz y Andrés Michelena, entre otros). Si bien son pocas las galerí­as de arte dedicadas exclusivamente a la fotografí­a, muchas ya han incorporado esta disciplina como un capí­tulo importante en la trastienda y en el calendario anual de muestras. La galerí­a Aldo de Sousa llevó fotografí­as de Juan Doffo, un reconocido pintor que desde hace unos años ha incursionado en esta técnica; sus imágenes de sillas, ruedas, y árboles incendiados en plena oscuridad logran un clima arcaico y mágico a la vez. La galerí­a canadiense Bourbon-Lally que representa a Marcos López, santafesino cultor del "pop latino" y otras vertientes estéticas, presentó "Autopsia", una inquietante escena que evoca tanto la Lección de Anatomí­a de Rembrandt como a la foto canónica del cadáver del Che Guevara. Marcelo Mortarotti (llevado por la galerí­a de Florencia Braga Menéndez) se llevó las palmas con una de las obras más festivas de la feria, Happy Buddha, copiada con una técnica singular (fotonlumina) era simplemente la figura en porcelana de un Buda generoso y exultante de alegrí­a. En el mismo tono festivo se podí­an encuadrar los "tondi" de Flavia Da Rin (de la galerí­a Ruth Benzacar), autorretratos que la mostraban con los ojos exagerados de un animé japonés; dato curioso: que el photoshop sea usado para parecerse a un dibujo animado y no para borrar arrugas (inhallables en la joven Flavia, nacida en 1978). En el espacio de la galerí­a 5006, Marcos Zimmerman mostró parte de un ensayo más que atrevido: enormes retratos de hombres desnudos de todas las condiciones, etnias y profesiones logrados en un largo viaje por Sudamérica. Lo curioso es que no son desnudos atléticos de hombres urbanos, sino trabajadores (como gauchos o cuidadores de llamas entrados en años); todo un desafí­o para la mirada del espectador tradicional. Gran parte del éxito de esta feria se debió al entusiasmo y buena predisposición de su director ejecutivo, el incansable Gastón Deleau, que -junto a su equipo- cuidó hasta los últimos detalles. El trabajo y la calidad de esta feria aseguran una larga continuidad a Buenos Aires Photo.