GERARD ELLIS

Sobre los presagios seductores del Cyborg y la vanidad

Por López Meléndez, Amable
GERARD ELLIS

Con sus exitosas participaciones en el Concurso de Pintura Joven de Casa de Teatro (1996, 2001, 2003) y en el XX Concurso de Arte E. León Jimenes (2004), más su excelente demostración en la XXlll Bienal Nacional de Artes Visuales (2005), Gerard Ellis emerge con una propuesta simbólica que se constituye en una auténtica sorpresa en el contexto de la pintura dominicana del último lustro. Su honestidad de convicciones, su personalidad autoexigente, su compenetración existencial con el médium y su precisa atención sobre los recursos sistemáticos del oficio resultan en una facturación definitivamente impecable del espacio pictórico.
En estos espacios, accedemos a un "frágil" y mutante imaginario que, tanto nos remite a las nuevas mitologí­as cotidianas que signan este instante próspero y paupérrimo de la fiesta del Cyborg como a la parafernalia doméstica o tecnologí­as ansiolí­ticas que nos depara la "Matrix" virtual de la seducción, del terror y de la vanidad.
"Con mi obra trato de decir lo que no me interesa o no puedo hacer con palabras. A través de ella manifiesto lo que siento y en ella se revela mi estado de ánimo y por qué no, a veces, mi temperamento. Muestro lo que me disgusta y aquello ante lo que no quiero sucumbir. En mis trabajos trato temas como la corrupción que aflora en el comportamiento y desenvolvimiento cotidiano del hombre. Además, la mentira, codicia, manipulación, egoí­smo, deshumanización, indiferencia, materialismo, adquieren gran relevancia y son fuentes de alta motivación dentro de mi taller".
En sus pinturas recientes, Gerard Ellis acomete su persistente impugnación de lo real utilizando la figura del perro como alegorí­a de las miserias que tocan a la condición humana contemporánea. En obras como las tituladas Vaca Sagrada, En Ciudad Juguete, Trampa, No importa el disfraz, Es una trampa peligrosa, Adiestramiento, Vestido para la fiesta, The Road of Happiness y Portrait of Predator, el perro encarna la ví­ctima y el propio instrumento mediante el cual el victimario ejecuta su propósito. Estas reacciones simbólicas que Gerard Ellis materializa bajo el tí­tulo abarcador de Los cuidadores de mi pueblo son capaces de operar como metáforas acabadas de los absurdos rituales domésticos y expansivos de la violencia en este tiempo humano deslumbrante, corrompido, totalitario y aterrorizado.
"Los cuidadores de mi pueblo son los que cuidan de nosotros por decisión de seres no pensantes. Aparecen con sus disfraces de bienhechores como celosos guardianes de la dignidad y la moral cuando ondean en nuestras narices sus banderas cargadas con colores y escudos de prosperidad. Sus máscaras son impecables y difí­ciles de alcanzar. ¡Y lo logran!, deslumbrando y engañando a quienes los hacen objetos de adoración. Son cuadrúpedos que se alimentan de la sangre de quienes muerden... Pero no son autónomos. Son todos propiedad de un mismo dueño con muchos cuerpos que los sostiene por un collar que les sabe delicioso y del cual no quieren zafarse nunca. Pobre de ellos. Aunque su maldita pobreza nos empobrece".
Gerard Ellis se vale de una notable diversidad de técnicas y medios plásticos a la hora de la resolución de sus rigurosos ejercicios pictóricos. Utiliza el collage, la acrí­lica y el óleo. El énfasis sobre el concepto y la composición se torna en caracterí­stica distintiva de este perturbador y sugestivo universo visual. En el proceso de materialización y depuración de tal universo resultan claves los recursos estructurales y expresivos del dibujo. Aquí­ estamos ante el despliegue de una práctica simbólica esencialmente lúdica, poética y reflexiva. Ante una obra que nos sitúa en las periferias del asombro y cuya simultaneidad o transposición de signos, planos y espacios cromáticos, al igual que la microfí­sica de su materialidad transparente, nos provoca una profunda reflexión sobre su vitalidad, así­ como sobre sus implicaciones éticas y reveladoras.
"Quiero ser siempre sincero conmigo mismo. Practico mucho la autocrí­tica sincera, puesto que creo que es la herramienta esencial para nuestra evolución, como personas y como artistas. Me obsesiona tanto como me apasiona el hecho de la composición. Es para mí­ fundamental y siempre trato de agotar cierto número de posibilidades, partiendo, a veces, de unos mismos elementos y en un mismo o varios escenarios, mediante los bocetos, aunque hago éstos de manera muy elemental y primaria. Cuando trabajo estoy en paz y esa paz me da felicidad. No importa que sea pasajera".
Ciertamente, con estas imágenes, Gerard Ellis no hace más que asumir su práctica artí­stica como oficio liberador de una ardiente espiritualidad. Como estrategia especializada de constancia y transgresión. Como inspirada y lúcida manera de trascender un esquicio cotidiano cuya inmanente plasticidad se expande vertiginosamente hasta estallar como fuente inagotable de inéditas transfiguraciones y de imprevistas tentativas simbólicas.

*Presidente de la sección dominicana de AICA.
Curador del Museo de Arte Moderno. Santo Domingo, República Dominicana.

Con mi obra trato de decir lo que no me interesa o no puedo hacer con palabras.

Gerard Ellis (1976) es egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes y de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. En la ENBA realizó estudios de Postgrado en dibujo y presentó su primera exposición individual en 1997. En la UASD obtuvo con honores una Licenciatura en Publicidad (2001). En el 2002 presentó su segunda exposición individual, En lo oscuro de la habitación, en el Centro Cultural de España. Entre sus más recientes participaciones en colectivas, ferias y bienales destacan: Con-posiciones, Classic Caribbean Art Gallery, Willemstad, Curazao, Antillas Holandesas; 5 en la Sexta contra la Corrupción, Taller 7+1, Santo Domingo; (2003); Monstruos, monstricos y aspirantes, Lyle O. Reitzel Arte Contemporáneo, Santo Domingo (2004); y XXlll Bienal Nacional de Artes Visuales (MAM, 2005). Obtuvo la Primera Mención de Honor del Concurso de Pintura Joven de Casa de Teatro y el Primer Premio de Pintura del XX Concurso Bienal E. León Jimenes, Santiago de los Caballeros (2004). Su obra ha sido exhibida por la Galerí­a Lyle O. Reitzel Arte Contemporáneo en la Feria de Arte Latinoamericano Merrill Lynch arteaméricas 2004 y 2005, Miami, FL. EUA; en la AAF Contemporary Art Fair, NY, NY. (2005) y en Art Miami, 2006.