ART LONDON

Por Costa, Sidonio
En su 18a edición, Art London decidió este año abandonar su nicho veraniego y se llevó a cabo como un evento previo a Frieze. Al decir de los organizadores, el propósito fue capitalizar el "vibrante mercado de otoño", lo que constituyó una admisión de su degradación a la categorí­a de satélite -otro más- del gran acontecimiento de otoño que es la feria Frieze.
Como ya es tradicional, esta feria exhibió arte moderno y contemporáneo; no hubo grandes sorpresas entre las obras exhibidas, con las galerí­as habituales mostrando sus artistas habituales. Ésta no es una muestra que asuma riesgos; las galerí­as van a lo seguro y satisfacen un gusto más comercial. Tienden a mostrar lo que saben que se venderá a un visitante especí­fico, enfocándose en un perfil de comprador con el que están bien familiarizadas.
Aunque creo que el cambio de fecha llevó a un incremento en la diversidad de origen de las galerí­as participantes, en general se trató, a mi juicio, de una muestra "segura" y poco agresiva. No hay nada de malo en esto, y definitivamente hay un lugar para ello en la temporada de arte del otoño londinense.
La mejor obra en exposición fue la de Norman Parkinson, Scene and Uncene. Norman fue y continúa siendo una leyenda de la fotografí­a, con una obra que se extiende desde la década de 1930 a la de 1980. Desenterradas de los archivos personales del artista, las obras en exposición eran inéditas, y dieron aun más brillo a la ya brillante carrera de este fotógrafo. Fue un gran regalo para los que nos interesamos en la fotografí­a.