Diego Bianchi en el Moderno

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires presenta la exhibición Diego Bianchi: El presente está encantador que  se podrá visitar hasta el domingo 6 de agosto.

Diego Bianchi en el Moderno

Para esta exposición, Diego Bianchi (Buenos Aires, 1969) fue invitado a desarrollar un proyecto en una de las salas del Moderno, donde propuso provocar un encuentro entre su obra y el patrimonio de la institución. Así, en El presente está encantador, curada por Javier Villa -Curador senior del Museo- Bianchi se nutre de la colección para transformarla en una gran obra, una instalación transitable y envolvente, donde se mezclan piezas propias y de artistas como Tomas Abal, Roberto Aizenberg, Antonio Amendola de Tebaldi, Ary Brizzy, Mildred Burton, Zulema Ciorda, Enio Iommi, Jorge Gamarra, Olga Gerding, Edgardo Giménez, Norberto Gómez, Alberto Heredia, Gyula Kosice, Eduardo Mac Entyre, Margarita Paksa, Aldo Paparella, Rogelio Polesello, Emilio Renart, Ruben Santantonín y Miguel Ángel Vidal, entre otros. Como afirma Javier Villa: “El presente se devora así el pasado, pero el pasado tampoco deja de perseguir al presente como un karma: ciertos artistas de la colección desdibujan la autoría de Bianchi, ya que varios de sus objetos podrían confundirse con un Alberto Heredia o un Enio Iommi”. 

En sus instalaciones, Diego Bianchi responde a los contextos donde trabaja tanto desde la posibilidad de inspirarse en los espacios para darles un uso físico inédito como desde los condicionamientos ideológicos que los invaden. Esta exhibición constituye su primera experiencia de trabajo con obras históricas y de otros artistas. Al mismo tiempo, sintoniza las resonancias materiales y formales de su trabajo con piezas informalistas y ópticas que son pilares de la colección del Moderno. El artista sostiene: “En cada proyecto que se inicia intento escarbar las particularidades del lugar donde voy a exhibir mi trabajo, como una ocasión para poner en juego mi sensibilidad, mis afinidades formales y practicar el arte con algún factor externo, desconocido e intrigante. Me interesa la duración de las cosas en el mundo, el cuidado de los objetos y lo que se decide preservar de lo existente; lo vivo como un deseo de desacelerar el tiempo, ralentarlo“.

Bianchi responde con naturalidad a la historia como artista, desde su presente y sin las ataduras o restricciones que a veces impone la academia. En palabras del curador, “el proyecto plantea una nueva forma de activar nuestra historia visual y poner en movimiento el patrimonio del museo. Una colección puede ser interpelada desde el pensamiento curatorial o el estudio histórico, como también desde la vivencia experiencial y sensorial, o la conversación entre los objetos y sus hacedores”.

La intervención de Diego Bianchi incluye la producción de obras nuevas pero que emergen como dispositivos, situaciones y andamiajes para la circulación, la exhibición y la percepción de otras obras, ya sean piezas históricas patrimoniales o del pasado del artista. El primero de estos dispositivos es un largo pasillo que rodea la sala casi por completo. Es una obra y, a su vez, un espacio de circulación y exhibición que provoca un condicionamiento físico del espectador dentro del espacio artístico.

El pasillo que hay que atravesar para llegar al centro de la sala emerge de los restos de la  arquitectura temporaria de la exposición previa -Pablo Picasso: Más allá de la semejanza-. En su recorrido el espectador puede percibir los espacios residuales del museo, lo que está por detrás de las paredes perimetrales y del techo que de la sala. El público atraviesa escaleras y puertas. Mientras va perdiendo el sentido de la ubicación puede observar de forma difusa y fragmentada lo que ocurrirá en el interior. Al terminar el pasillo se requiere una nueva condición para ingresar al espacio central: cada espectador debe encontrar a otro para lograr el acceso, tomados de la mano.

En su texto curatorial Javier Villa sostiene que una obra de arte jamás debería ser domada; es necesario activarla y que se ponga en movimiento para alimentar su fuerza. Y continúa: “Una obra de arte detenida en un limbo conserva sólo su cuerpo material, pero no su potencia. Los espacios neutros de exhibición y los esfuerzos que generalmente hacen las instituciones por detener el tiempo son siempre una amenaza de domesticación estética que los artistas, los curadores y el público deben desandar. (…) “Cómo estamos viendo” es una pregunta necesaria en el presente para entender qué está sucediendo, como también debería ser una indagación del pasado para comprender con mayor profundidad cómo llegamos hasta acá”.

 

Diego Bianchi

Diego Bianchi (Buenos Aires, 1969) plantea la práctica artística como un espacio de ensayo y experimentación, un territorio liberado de las condiciones habituales del mundo real que contiene la posibilidad de alterar y tergiversar lo existente. Sus obras son plataformas para entrelazar temas, estéticas y observaciones del mundo real.

Comenzó su formación en la carrera de Diseño gráfico de la Universidad de Buenos Aires. Entre 2002 y 2003 asistió al taller de clínica de obra de Pablo Siquier. Luego, entre 2003 y 2005, participó del Programa para Artistas Visuales C. C. Rojas-UBA-Kuitca (Beca Kuitca) y en 2006 viajó a la residencia Skowehegan School of Painting and Sculpture en Maine, Estados Unidos. 

Es docente en el Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella, donde dictó el taller Anti-proyecto entre los años 2009 y 2014 y estuvo a cargo del Seminario Anual de Crítica en 2013 y 2015. En el 2012, dio el taller junto a Luis Garay Reflexiones sobre lo mínimo en el SESC São Paulo, Brasil. En el 2016, recibió la invitación de la Universidad HFBK de Dresde, Alemania, para dar su taller Anti-Proyecto.

Dentro de sus más destacadas y recientes exposiciones individuales se encuentran: Shutdown en Barro arte contemporáneo, Buenos Aires, 2016;  WasteAfterWaste, Pérez Art Museum Miami, 2015; Under de Si (en colaboración con Luis Garay), Wienner Festwochen, Austria y Bienal de Performance Argentina, Buenos Aires, 2015; El trabajo en Exhibición, Galerie Jocelyn Wolff, Paris, 2015, ON ON ON Indetermination, ABC Art Berlin Contemporary, 2014;
Suspensión de la incredulidad, Solo Projects Arco2014 y en Malba 2015; Into the wild meaning, Visual Arts Center, Universidad de Texas, 2013; Estado de Spam, Galería Alberto Sendrós Buenos Aires, 2013.

Sus instalaciones fueron incluidas en las bienales: Mom, am I a barbarian?, 13° Bienal de Estambul, Turquía, 2013; A Terrible Beauty is Born,11° Bienal de Lyon, Francia, 2011; y 10° Bienal de la Habana, Cuba, 2009.

Vive y trabaja en Buenos Aires, Argentina.