Miró: la experiencia de mirar, ahora en el MALI

Miró: la experiencia de mirar, es una exposición que presenta valiosas piezas pertenecientes a la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, y que llega a Perú tras el gran éxito alcanzado en 2017 en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.

Miró: la experiencia de mirar, ahora en el MALI

Joan Miró, quien desde los años 20 se mantuvo en el centro del devenir del arte moderno vinculado a los círculos parisinos de vanguardia, hacia mediados de la década del 50 inició un proceso de introspección, donde alcanzó la máxima simplificación de su universo. En 1956, tras un periodo de cierta inactividad pictórica, dedicado al  grabado y a la cerámica, se instala en la casa taller de Palma de Mallorca -diseñada por su amigo el arquitecto Josep Lluís Sert- donde lleva a cabo una fructífera revisión de toda la obra anterior y que hoy representa su obra final y definitiva.

La muestra es de primera importancia para Lima, según señala Natalia Majluf, directora del Museo de Arte de Lima: "nunca antes se ha podido ver en el Perú una exposición tan completa de uno de los artistas fundamentales del siglo XX".  Asimismo precisa que "la obra tardía de Miró no sólo revisa el trabajo que lo relacionó con el surrealismo en la primera mitad del siglo, sino que además actualiza los supuestos de su pintura bajo el impulso de los grandes cambios en el arte de la posguerra: el gestualismo, la pintura-acción y la exploración de grandes formatos."

Esta gran exposición internacional permitirá al público peruano acercarse por primera vez a la obra de gran formato de Miró; en especial, a las pinturas, esculturas y dibujos que realizó en los últimos veinte años de su vida, entre 1963 y 1981. Son cincuenta piezas que muestran al artista en su máxima capacidad de expresión y en pleno dominio de sus medios artísticos.

En palabras de las curadoras de la exposición, Carmen Fernández y Belén Galán: «La producción de Miró parte de un motivo casual o fortuito, que puede ser una mancha, una gota, una huella, un objeto encontrado o un elemento de la naturaleza, recreando, por medio de este impulso, un tema frecuente en su obra: la representación de la naturaleza y la figura humana. El artista supera la realidad como referente para convertirla en materia y signo, y construye un lenguaje simbólico esencial que emplea en la resolución de los problemas plásticos».