COLLECTOR SESSIONS, UNA NOCHE DEDICADA A LOS COLECCIONISTAS EN ROLF ART

Por Matías Helbig

En el marco de la Gallery Night llevada a cabo el viernes pasado, horas antes, en ROLF Art sucedía otra cosa. Rodeados por Amazonia, la serie de fotogramas que realizó el fotógrafo peruano Roberto Huarcaya en el Amazonas, un grupo de invitados exclusivos atendía a las palabras de Alicia de Arteaga, quien daba comienzo a una nueva edición de Collectors Sessions, organizado por Arte al Día con la colaboración de la Galería ROLF Art, ubicada en Esmeralda 1353.

Ph: Matías Helbig.

Con simpatía y orden, Alicia dirigía la batuta de la tertulia. De un lado al otro llevaba la conversación a la boca de los tres coleccionistas invitados para compartir sus experiencias, estrategias y trayectorias como compradores de arte. De izquierda a derecha, frente a una audiencia exclusiva, participaron Gabriel Vázquez economista y coleccionista, Alicia de Arteaga, periodista especializada en arte –y por que no, coleccionista-conductora del Collector Sessions en esta oportunidad, Andrés Brun, empresario y coleccionista, y la colombiana Eliana Castaño, coleccionista.

“El eje de este encuentro, y lo que genera, es entender que no todos estamos cortados por la misma tijera”, comenzaba con elocuencia Alicia, dándole el pie a sus interlocutores. Este primer comentario, si bien parece una típica frase hecha, es fundamental para comprender la adquisición de obras. Tanto Eliana, como Andrés y Gabriel, poseen coleccionas de arte fascinantes, si bien todas muy diferentes. La coleccionista colombiana aseguró tener una debilidad por las fotografías, cosas que descubrió cuando vio que la mitad de su colección constaba de obras fotográficas, Vázquez, por lo contrario, posee obras de artistas con trayectoria, incluso nos explica que mucho de los artistas a quienes les compró obra ya han pasado a mejor vida. El objetivo de esta comparación es poner de manifiesto que la compra de arte –si bien con el tiempo puede volverse una inversión- no debe pensarse en términos financieros. “Uno va a convivir con la obra, es preciso generar un vínculo con ella. De lo contrario es como contraer matrimonio con un hombre espantoso, solo por dinero”, dice entre risas Eliana, quien asegura que en su casa las obras habitan la casa y la abrazan.

Con relación al arte contemporáneo, otro eje importante del encuentro, la periodista de Arteaga parafraseó a Picasso marcando la importancia de  comprar a los artistas de nuestro tiempo: “De esta forma tanto ellos como su obra crecen con quienes la compran”, describió. Vázquez, por su parte explicó la necesidad de mirar todo el tiempo, incluso cuando ya se compró algo, mirar. Observar. “Hay cosas que compré que no podría, ni tendría las ganas de volver a comprar. Me es más interesante la experiencia de mirar, en la actualidad interpelamos las obras de formas muy distintas a como lo hacíamos antes”, agrega haciendo hincapié en las nuevas formas en que el arte contemporáneo nos atraviesa, y la importancia de no comprar con los oídos, si no a través de la percepción. Brun, que además de empresario es miembro de la Fundación Espigas (al igual que Gabriel Vázquez) remarcó que a pesar de la vocación de investigador que atraviesa su forma de actuar, su entrada en la escena artística asumiendo el rol de coleccionista ha logrado romper ciertos esquemas. “Coleccionar obras es un proceso de curiosidad que se retroalimenta constantemente -asegura Brun, y agrega-, a diferencia de mi vida fuera del rol de coleccionista, tengo una experiencia vivencial con el arte”.

Por último, con un cierre colmado de aplausos y agradecimientos, coleccionistas, artistas y amigos compartieron una copa de vino y se volvieron ilustración de un nuevo paradigma mencionado por Alicia de Arteaga durante la Collector Sessions: cada vez más los artistas, que en otros tiempos se recluían en  sus estudios y se movían tan solo en burbujas bohemias, hoy aparecen como los protagonistas de la escena. Sin ir más lejos, un ejemplo de esto fue la reinauguración del Moderno.