Beatriz González en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Comisariada por María Inés Rodríguez y coorganizada con el CAPC musée d'art contemporain de Bordeaux y el KW Institute for Contemporary Art de Berlín, la exhibición presenta una selección aproximada de 150 obras, que recogen los casi sesenta años de trayectoria de esta artista.

Beatriz González en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

La obra de Beatriz González (Bucaramanga, 1938), considerada una de las figuras más influyentes de la escena artística colombiana, ocupa un lugar único dentro de la historia del arte latinoamericano, no solo como pionera del arte pop, sino también, y casi  sin proponérselo, como una incisiva y lúcida cronista de la historia reciente de Colombia. Partiendo de la cita anónima “el arte cuenta lo que la historia no puede contar”, que como nos explica la propia artista suele utilizar muy a menudo, la obra de González se articula en torno a la cuestión de la memoria. Pero no recurre a la memoria como una coartada nostálgica, todo lo contrario, su trabajo está estrechamente ligado al presente. Su obra se inspira en los medios de masas que pone en diálogo con las narrativas populares y la pintura formal; o se apropia de fotografías reproducidas en prensa para reinterpretarlas mediante el dibujo, la pintura, la gráfica y la escultura.

 

Además de su dilatada carrera artística, González ha desarrollado en paralelo una importante labor tanto curatorial como de índole teórica y pedagógica. A través de los proyectos expositivos y de investigación que ha impulsado en instituciones como el Museo Nacional de Colombia, la Biblioteca Luis Angel Arango o el Museo de Arte Moderno de Bogotá, donde fue nombraba a mediados de 1970 directora del departamento de educación, ha ejercido una notable influencia en un gran número de artistas, críticos y curadores colombianos, haciéndoles tomar conciencia de la necesidad de concebir el museo y la exposición como un espacio de transmisión de conocimiento (no como un mero lugar de exhibición), y de ver al público como un interlocutor activo con el que hay que establecer un dialogo lo más directo y abierto posible.