BUENOS AIRES – LA GALERÍA ISLA FLOTANTE PRESENTA ARTE CONTEMPORÁNEO CON VISTAS AL PASADO ARGENTINO

La exhibición se titula Lo que paso en la navidad de 1980 y contiene obra de los artistas Santiago Villanueva y Paula Castro

BUENOS AIRES – LA GALERÍA ISLA FLOTANTE PRESENTA ARTE CONTEMPORÁNEO CON VISTAS AL PASADO ARGENTINO

En la navidad de 1980 se registra el primer robo al Museo Nacional de Bellas Artes organizado por el mismo gobierno militar. Esa noche se llevaron 16 obras y 7 objetos de la colección Santamarina, solo dos pequeños cuadros no pertenecían a ella: un boceto de Un episodio de la fiebre amarilla de Blanes y un Thibon de Libian. En las indagatorias torturaron a sus empleados tratando de encubrir el caso.

 

Una de las principales hipótesis es que las obras fueron cambiadas a Taiwán por armas, para sostener el momento final de la dictadura que finalizaría en 1983.

 

El episodio se hace extenso y escabroso. Lo que pasó en la navidad de 1980 no reconstruye los hechos, ni documenta. Presenta algo del material vinculado al caso sobre bases y soportes especiales, que intercambian la caña, el hierro y la ortopedia. Un señalamiento de los peligros de tener un Museo Nacional, pero también el peligro del gusto de la aristocracia. Una pregunta sobre por qué robaron esas dos obras sin valor de mercado. Una llamada de atención sobre cómo funcionaba la justicia en aquel entonces. Todo en el tono nebuloso de las hipótesis, y de algunas ficciones. También la muestra abre el deseo hacia otras formas de museos, que no intenten representar territorios o naciones, que no acepten sostener y guardar el gusto de los ricos como si fuese algo de todxs, sino formas de vida- museos particulares que no representan sino solo muestran, museos que son más mesas, que su pretensión es la de ser lo menos posible.

 

 

“Los artistas problematizan la cuestión alrededor de la falta de suceso del arte argentino en cuanto a producción artística mundial, quedándose siempre en una localía insoportable. Ahondan por ello en la búsqueda de alguna pieza ortopédica que pueda cumplir la función faltante de este nuestro arte lisiado, siendo una de ellas la curaduría domestica (casas museo) en oposición a la curaduría institucional típica museística” explica Leopol Jose Maria Mones Cazon, uno de los directores de la galería

 

         

Sobre la obra de SANTIAGO VILLANUEVA

“Mi trabajo piensa en la historia del arte, como un archivo de sentimientos, de peligros y de traumas, desde el cual formular nuevas contra-historias que puedan ser críticas y revisionistas. Acercarme a las vanguardias tontas, las que no entendieron el programa y arrastraron todo tipo de errores de interpretación. Las que fallaron y cargan el error, estudiar sus efectos. Pensar desde hoy la cultura visual del peronismo como trauma, pero también como surrealismo rosa, una vanguardia desencajada. Volver a sus imágenes e historia como un recurso productivo para el presente.
Las mesas me son útiles para acercarme a la historia del arte, como espacios desordenados, personales como espacios no oficiales, líneas de deseo.
Las casas museos se acercan a mi modelo posible para los museos, alejados de los autoritarismos y nacionalismos, son lo más cercano a un modelo curatorial doméstico que permite pensar los territorios desde lo biográfico. Reemplazar lo nacional por lo biográfico, pensar al historiador como biógrafo.
La ortopedia es el otro espacio que me sirve para pensar una historiografía posible, pensar el siglo xx en el arte latinoamericano como un faltante, como formas que vienen a reemplazar aquello que no se posee, entre el deseo y las funcionalidades. La ortopedia sería un objeto para desorientar los caminos comunes y las categorías fáciles para las obras.
Ahora me interesan los textos de Ann Cvetknovich, Sara Ahmed, Nicolás Cuello y Fernanda Laguna.”

 

Sobre la obra de PAULA CASTRO

“Establezco un modo personal, no necesariamente intimista, de vincular mi práctica artística con los procesos de concreción de las imágenes, donde la aplicación del dibujo se presenta como un lenguaje informe. Mi práctica se caracteriza no sólo por el hecho de aunar manualidad y reflexión sobre las maquinarias y tecnologías donde se inscribe, sino por manifestarse de un modo diferente en cada proyecto. Investigaciones y resultados que si bien resultan próximos nunca responden a la misma estructura formal. En esta huida estilística el repertorio se desborda e incorpora otros lenguajes. El dibujo migra, reduce y aumenta su escala, adquiere volumen o se convierte en imagen en movimiento, pero no abandona su condición de centro molecular.
Donde el hacer o el pensar involuntario produce un tipo específico de acontecimiento es donde me detengo. Extiendo el error. La casualidad convertida en forma es la que auspicia mi reproducción. Inspecciono las posibilidades presenciales que una replica es capaz de producir. Aquello que he falsificado abandona por un momento su rango de copia y se presenta como original. Un tipo de camuflaje y una inversión constante de posiciones me permiten reconsiderar instancias de reconocimiento y autoría. La firma en este caso es algo más que el reconocimiento de un autor, es el elemento que me permite conectar la Historia del Arte, utilizar la cita como un ready made o descubrir los posibles usos que puede portar una obra ya realizada. Las referencias auspician una suerte de remake tan formal como evolutiva. Peso, expansión, contexto y azar son tratados como elementos embrionarios”

 

                 

Estos objetos parten de extractos o fragmentos de las obras robadas en la navidad de 1980 en cruce con elementos ortopédicos (jarrón- muleta, andador-objeto). La ortopedia puede ser un elemento desde donde formular una historiografía posible para el arte argentino, pero también para pensar un caso como el que sucedió en el museo durante la dictadura militar.

 

DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

La causa del robo de obras al Bellas Artes fue tomada por la jueza Laura Damianovich, la única destituida de su cargo por la misma dictadura militar por someter a quienes tenían que declarar ante ella a actos de tortura y golpes. Es por esto que varios de los empleados del museo fueron perseguidos y torturados como parte de las indagatorias, más allá de estar completamente desvinculados con el robo. Entre ellos se encontraba Samuel Paz, curador del museo que había logrado que ingrese a la colección del museo las obras de la familia Santamarina.

 

Este libro, publicado varios años después de 1980 por Damianovich fue una referencia para estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, y la ex jueza continuó no solo trabajando como docente, sino que también como abogada. Luego del robo la justicia mostró al sereno del museo como principal acusado sin tener pruebas y causas justas, y estuvo detenido más de 20 días sometido a actos de tortura.

 

Este soporte creado para el libro de Damianovich solo puede sostenerse junto a una pared y no mantiene el equilibrio por su cuenta.

 

       

       

 

SURREALISMO EN LA ARGENTINA (INSTITUTO DI TELLA,1967)

Este catálogo no está directamente vinculado con el robo. Es el catálogo de la exposición sobre arte surrealista organizada por Aldo Pellegrini en el Instituto Di Tella en 1967, pensamos esta exhibición en línea con las obras que allí se mostraron y sumamos el binomio de surrealismo conceptual como categoría para los objetos que integran esta muestra.

 

       

         

         

PASAPORTE AL OLVIDO

Con el material recolectado en la investigación (prensa, artículos, imágenes, documentos) se realizó una publicación que reúne argumentos y archivo del robo frente al plano cticio en el que se presentan los objetos e imágenes de la exhibición. La publicación interviene el expediente que se abrió en el año 2002 con motivo de la aparición de tres de las obras en una galería en París, y que fueron devueltas al Museo unos años después.

 

         

        

 

LAS PERSONAS HABITAN SUS BIOGRAFIAS COMO HABITAN SUS CASAS

El registro y documentación de casas museos es un trabajo que ya estaba presente en la anterior exhibición La personas habitan sus biografías como habitan sus casas. En este caso eso se amplía a otros espacios como bares, salas de espera y museos de otro tipo. El mayor número de imágenes pertenece a la Casa Bangkokian en la ciudad de Bangkok, Tailandia, un paradero cticio para las obras robadas en la navidad de 1980. A su vez, aparece despegada de la serie una copia de Un episodio de la fiebre amarilla de Juan Manuel Blanes, una versión que se encuentra en la Wellcome Collection en Londres. Un pequeño boceto del cuadro mayor fue extraído del MNBA junto con las obras de la colección Santamarina, su paradero es aún desconocido y el motivo por el cual fue robado también.

 

         

       

 

EL ORO DE COLOMBIA

En 1980 el MNBA inauguró la exposición “El oro en Colombia” con 300 objetos que venían directamente del Museo del Oro de Bogotá, por lo que el museo necesitó reforzar la seguridad de sus salas. La Asociación de Amigos del Museo colaboró contratando a la empresa “Magister Seguridad Integral SRL” dirigida por un general retirado, Otto Paladino, ex jefe de la SIDE- Secretaría de Inteligencia del Estado, nombrado por Videla durante el gobierno de Isabel Perón. Paladino tuvo en su poder el plano del museo para el despliegue del operativo de seguridad durante esta exposición temporal anterior al robo de las 23 piezas, y su empresa estuvo vinculada fuertemente al gobierno militar como fuente de espionaje y seguridad. Este catálogo, y exposición, es en un punto la bisagra que conecta al robo con el gobierno, y deja a la vista las conexiones entre organismos de seguridad públicos y privados para encubrir actos delictivos cometidos por el mismo gobierno.

 

          

Galería Isla Flotante

Viamonte 776 2do 4

(C1053ABP) Buenos Aires, Argentina