FRIEZE ART FAIR 2005

London

By Costa, Sidonio
FRIEZE ART FAIR 2005
¡La tercera edición de la Feria Frieze ha llegado! No hay duda de que Frieze está aquí­ para quedarse. La muestra se inauguró con gran éxito, tal como se anticipaba, el 21 de octubre y se desarrolló hasta el 24 del mismo mes en el que fuera el edificio más grande de Londres durante ese perí­odo desde el punto de vista del metraje disponible.
Este año se verificaron mejoras significativas en cuanto a venta de entradas, acceso a la muestra y otras cuestiones de í­ndole práctica y logí­stica. Los organizadores están aprendiendo de la experiencia y de prestar oí­dos a la opinión de los visitantes de años anteriores. Aunque esta muestra es extremadamente exitosa, desde cualquier ángulo que se la mire se encuentra aún en pañales. Pero se trata de un "bebé" muy sabio. Nos está dando signos de que va a madurar con inteligencia.
En su primer año (2003), la feria presentó a 125 galerí­as expositoras, dio la bienvenida a 28.000 visitantes y las ventas totalizaron entre 11 y 15 millones de libras esterlinas. El segundo año (2004), 42.000 personas visitaron la feria, y se registraron ventas por aproximadamente 26 millones de libras esterlinas. Cuatrocientas cincuenta galerí­as presentaron su solicitud para participar en la edición del presente año y ciento sesenta de ellas fueron aceptadas. Las ventas sobrepasaron los 26 millones de libras esterlinas que se recaudaran el año anterior, y el número de asistentes alcanzó la cifra récord de 47.000 personas. Esto representa sin duda un crecimiento notable.
Los directores de la Feria Frieze, Amanda Sharp y Matthew Slotover, dos personas muy modestas y extremadamente inteligentes, reconocieron que nunca habí­an pensado que la feria pudiera alcanzar el éxito que hoy tiene. Dijeron que sabí­an que habí­a un espacio para ella cuando presentaron la idea y que habí­a un mercado para esta idea en el mundo del arte, pero que ni aun en sus más delirantes proyecciones habí­an creí­do que podí­a convertirse en lo que es hoy en dí­a.
La Feria Frieze es un acontecimiento imperdible para coleccionistas de arte, compradores y profesionales del mundo del arte en general. A pesar de su corta existencia, ya se ha transformado en una institución que marca rumbos. Si uno se pierde esta feria, tendrá dificultad para entender lo que sucede hoy en el mundo del arte contemporáneo. No porque defina tendencias o valide el arte que se presenta allí­, sino porque es fiel a sí­ misma y al mundo del arte contemporáneo de hoy.
Esta feria hace lo que anuncia, y lo hace extremadamente bien. Refleja lo que está ocurriendo en el mundo del arte contemporáneo internacional, y esto es lo que la distingue del resto de las grandes ferias. Mientras que otras ferias de arte exitosas y sumamente importantes también presentan arte moderno, el compromiso de Frieze se limita a presentar a sus visitantes obras de arte contemporáneo provenientes de todo el mundo.
Tratándose de un evento tan joven, aún surgen algunas preguntas relativas a los procesos y procedimientos de selección, es decir, a quién se selecciona, cómo y por qué. Por supuesto que existen procedimientos ya establecidos a este fin, pero los observadores aún están tratando de comprender en qué dirección especí­fica se mueve esta feria.
Por mi parte creo que se está estableciendo, momentáneamente al menos, como una muestra que todaví­a no se ha visto afectada por criterios rí­gidos y proporciona a algunas galerí­as no tan conocidas la oportunidad de exhibir lo que el comité considera obras de arte de calidad, innovadoras y excitantes, aun cuando provengan de galerí­as en algunos casos totalmente desconocidas. Esto es muy valioso, y es un criterio que no suele verse en las selecciones de algunas ferias de arte ya establecidas, que han sido copadas por la prosapia y las conexiones. En esta feria se puede ver a renombrados artistas contemporáneos y a los mejores artistas emergentes lado a lado.
Hay algunos signos que muestran que los organizadores de la Feria de Arte Frieze están sucumbiendo al intercambio de información por medios electrónicos y a las acciones de relaciones públicas en torno a la muestra, aunque, honestamente, no habrí­a necesidad de hacerlo. Este año, por ejemplo, los invitados VIP no llegaron a la feria en taxi, sino que fueron transportados en automóviles BMW. Esto no cambia lo que hay para ver dentro de la feria, pero contribuye a atraer más rápidamente a personajes pródigos con su dinero y a los que toman las decisiones en grandes instituciones compradoras.
Para deleite de los organizadores de la feria - y seamos honestos, también para traer un poco de tranquilidad - y siguiendo la tendencia de otras importantes ferias de arte, la Feria de Arte Frieze se aseguró un tercer año de auspicio por parte del Deutsche Bank. En este segundo año como patrocinador de la feria, los ejecutivos del banco no ocultaron su satisfacción al hacer este anuncio en la conferencia de prensa.
En la muestra, algunas galerí­as vendí­an las obras en exposición a velocidad warp, agotando sus existencias a pocas horas de haberse permitido el acceso a los coleccionistas y el público en general. De hecho, pude ver gente corriendo de stand a stand, tratando de anticiparse a los demás para lograr una pichincha. Esta es otra de las cosas buenas de Frieze: las obras exhibidas están al alcance de todos los presupuestos y el espectro de precios es muy amplio. Nadie necesita sentirse excluido de la posibilidad de comprar las piezas más candentes del arte contemporáneo de hoy.
Uno de los aspectos interesantes de la edición de este año fue que las galerí­as continuaron con la tendencia creciente a convertir a los stands mismos en obras de arte, experimentando, probando nuevas opciones para el uso del espacio y proporcionándole a algunos de sus artistas la oportunidad de transformar el espacio expositivo de la galerí­a en una obra de arte per se.
En el futuro, el método tradicional de colgar las obras sobre paredes de madera será obsoleto, y la nueva y excitante alternativa de hacer de cada stand una obra de arte o una pieza diseñada arquitectónicamente prevalecerá. De hecho, éste es uno de los factores que los comités de selección están teniendo cada vez más en cuenta a la hora de decidir la admisión de las galerí­as a las ferias de arte. A veces esto puede ser lo que determine la inclinación de la balanza.
En mi opinión, la galerí­a Eva Presenhuber, de Zurich, merecí­a ser la ganadora este año. El diseño de su stand fue uno de los ejes centrales de la feria, como lo comprobara el despliegue de fotografí­as e imágenes que aparecieron en diferentes medios.
Frieze también intenta ser una fiesta que reúna a diferentes formas de arte, entre ellas la música; algo que ha comprobado ser exitoso. El sábado 22 de octubre, 2005, Frieze Música presentó un concierto de música electrónica a cargo del legendario compositor Karlheinz Stockhausen. Las localidades se agotaron.
También merece ser felicitada la Galerí­a Luisa Strina de San Pablo, a la que la Colección Tate le compró dos obras de Alexandre da Cunha con dinero proveniente del fondo especial para adquisiciones de la Feria de Arte Frieze, que asciende a 150.000 libras esterlinas.
Las obras adquiridas por la Colección Tate fueron: Calow Brothers (fan), 2004, técnica mixta, y Skateboarderistismatronics (fan), 2004, técnica mixta. Cuando visité el stand de la galerí­a, encontré a Luisa Strina en éxtasis y extremadamente feliz por el éxito de su representado. Alexandre nació en Rí­o de Janeiro en 1964, pero actualmente vive y trabaja en Londres.
Las obras de Alexandre son todas metáforas de lo que podrí­a ser, si las cosas no fueran lo que son, si los objetos pudiesen agruparse indiscriminadamente, siguiendo un orden propio. Un orden determinado por el espacio y los objetos a su alrededor. Son obras con contenido social y cultural, ontológicas a veces. Siempre están compuestas por objetos de uso cotidiano, pero su agrupamiento es notablemente sugestivo desde el punto de vista formal.
Otro de los artistas representados por la Galerí­a Luisa Strina fue Tonico Lemos Auad, también brasilero (Belen, 1968), y que actualmente vive y trabaja en Londres. Expuso una muy interesante escultura, , "... and a house on the beach", 2005, (...y una casa en la playa), cadena de oro, huesos de pollo, resina y esculturas doradas. En el pasado, las obras de Tonico, ejecutadas con lanilla de alfombras, causaron sensación en Londres y en otras partes. El artista cubano Carlos Garaicoa también mostró algunas de sus obras del 2005.
La Galerí­a Fortes Vilaí§a, de San Pablo, Brasil, presentó más obras del 2005 de Vik Muniz, imágenes de basura (fotografí­as color). También expuso una interesante pieza de Ernesto Neto, Corpo que curva tempo (2005).
De México, la Galerí­a Kurimanzutto presentó una instalación del artista mexicano Carlos Amorales, denominada Alfabeto (2005), que cubrí­a la casi totalidad de su superficie. Amorales es conocido como un artista que produce obras polí­ticamente comprometidas, un artista que no rehuye la sátira de las prácticas sociales y culturales actuales, tanto en su paí­s como fuera de él. También ha trabajado en el tema de la identidad.
Alfabeto es una instalación compuesta por pinturas que representan todas las letras del abecedario y que cubren la totalidad del espacio de exhibición del stand de la Galerí­a Kurimanzutto. La obra me impresionó como un intento por parte del artista de proporcionarnos herramientas con las cuales escribir/rescribir un mundo mejor. Con su alfabeto, podemos rescribir las penosas realidades contemporáneas y proyectar un futuro "mejor" o identidades diferentes para nosotros mismos. Alfabeto es una herramienta de esperanza, extraña de mirar, lo admito, pero de todos modos, cautivante e interactiva.
México también estuvo representado por la Galerí­a Enrique Guerrero, que expuso obras de José D´Ávila, entre otros artistas.
Armando Andrade Tudela, artista peruano nacido en Lima en 1975, expuso en la Counter Gallery de Londres, una de sus esculturas: Transa 2005, técnica mixta, dimensiones variables. Escultura compuesta por 9 discos fonográficos de "Transa", Caetano Veloso (1972).