SEMANA DEL ARTE LIMA 2006

By Román, Élida
SEMANA DEL ARTE LIMA 2006
Con un concierto a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil e Infantil , que tuvo como escenario la Catedral, se inauguró la segunda edición anual de la Semana del Arte de Lima, que transcurrió entre el 10 y el 15 de julio.
Como lo fuera en el 2005, la respuesta del público fue masiva y entusiasta y se vio enriquecida con la incorporación del Centro Histórico al circuito programado desde el comienzo del proyecto, que incluye los distritos sureños de San Isidro, Miraflores y Barranco. La Galerí­a Municipal Pancho Fierro y los Centros Culturales de la Escuela de Bellas Artes y de España, abrieron sus puertas en horarios extendidos y con presentaciones de muy buen nivel.
Como sucediera el año anterior, las 'Gallery Nights' lograron especial éxito, al igual que las visitas guiadas que se llevaron a cabo durante todo el evento. Estas acciones han contribuido a desterrar la actitud de distanciamiento hacia las artes visuales, que muchas veces surge en el público no habitual, en especial las referidas al arte contemporáneo, vanguardista en técnicas, presentaciones y acceso a temáticas que revelan la rica interrelación existente en áreas diversas, creando una falsa barrera que se hace indispensable derribar.
Lima es una ciudad especialmente compleja en su tramado urbano y en la gestión municipal repartida en cuarenta y dos distritos de gestión autónoma, extendidos en un área de continuo urbano que alcanza 500 km. Esta realidad ha creado una distribución por zonas y hasta estilos de participación responsables de una cierta fragmentación o individualización que conspira contra la unificación de un público masivo para determinadas actividades.
La Semana del Arte es un proyecto que ha contribuido a modificar y mejorar esta realidad, mediante la oferta abierta, en horarios extendidos y poco usuales, de exposiciones en galerí­as, museos y espacios institucionales, acompañadas de conciertos, conferencias, mesas redondas, proyecciones, y programas para niños, creando una interesante serie de nexos interdisciplinarios y volviendo la asistencia a estos eventos una ágil y apetecible oferta de consumo cultural. Entendiéndolo así­, la colaboración de la empresa privada, representada por Nextel, Panasonic, Clear Channel, Renault, PLF, Taca y Sofitel, se unió a la Editorial Arte al Dí­a y el diario El Comercio, haciendo posible esta segunda edición que confirmó la voluntad de continuidad del proyecto, creando no sólo expectativa, sino nuevas adhesiones para el que se organiza para el 2007.
Este buen resultado es destacable por varias razones. La primera, las dos postergaciones que debió sufrir este año, debido a los inconvenientes originados en el proceso electoral, que hicieron variar el cronograma original, aunque no alteraron la buena ejecución. La segunda, que pese a ello, el interés de los auspiciantes no decreció. Luego, el apoyo de las instituciones, oficiales y privadas, que se esforzaron por dar realce al evento como un resultado en conjunto, contribuyendo a consolidar la imagen general como una buena y sólida propuesta de grupo. Como ejemplo, podrí­a destacarse la participación de Sofitel Royal Park, que volvió a destinar uno de sus mejores espacios, acondicionándolo bajo normas museológicas, para una muestra dedicada a un destacado artista local.
Otro logro de la Semana ha sido la convocatoria a un ciclo de mesas redondas donde se debatieron temas de evidente actualidad e importancia para el medio, como son la creación de un Ministerio de Cultura, el coleccionismo y la protección al patrimonio nacional, o la controversia en torno al Museo de Arte Contemporáneo, entre otros. El resultado se ha prolongado más allá de los dí­as del evento y ha quedado fijo en una agenda de discusión que, sin duda, es valiosa contribución al desarrollo de la cultura peruana.
Queda también una provechosa autocrí­tica que consigue el pronunciamiento unánime por un mayor esfuerzo de participación y una ampliación del ámbito fí­sico que deberá ocupar la próxima Semana del Arte del 2007, que ya se ve como un hecho a considerar en la agenda cultural limeña.