REVIEWS - ALEXANDER APÓSTOL / MAGDALENA FERNÁNDEZ

Cisneros Fontanals Art Foundation, CIFO, Miami

By Caputo, Amalia
REVIEWS - ALEXANDER APÓSTOL / MAGDALENA FERNÁNDEZ

Moderno Salvaje. Alexander Apóstol.

Desde hace algunos años, la obra de Apóstol gira en torno a la modernidad implantada especí­ficamente en Venezuela durante el perí­odo de florecimiento de las ciudades latinoamericanas, gracias a las migraciones europeas de la post-guerra en primer lugar, y en segundo, por los altí­simos ingresos del paí­s generados por la explotación petrolera.
Abre el espacio expositivo con sus conocidas fotografí­as en gran escala de dos series, Residente Pulido y Ranchos, seleccionando en ambos casos tipologí­as de edificaciones de la ciudad de Caracas a las que ha clausurado digitalmente cualquier cerramiento, creando así­ sólidos bloques escultóricos de confinamientos humanos que pudieran referir, entre otras cosas, al encierro, la claustrofobia y al miedo de los habitantes ante la inminente violencia urbana que se vive en Caracas.
En la segunda sala, Apóstol exhibe la serie Skeleton Coast, en la que fotografí­as documentales de estructuras de edificios nunca acabados, se imponen en contraste a un paisaje rústico, como grandes monumentos a la desidia y al fracaso, así­ como a las debilidades que genera la riqueza especulativa. Los esqueletos de esos edificios, se convierten igualmente en tipologí­as, que reflejan el tiempo detenido como metáfora de la modernidad y que dejan ver, en contraste con su verdadera solidez, un paisaje intervenido, que se mira a través de los vací­os mostrando su debilidad, su inconclusión, cuestionando la permanencia de las cosas.
Dos proyecciones en gran formato, Moderno Salvaje y Soy la Ciudad, reflexionan conceptualmente acerca de las contradicciones del modernismo por contraste. En Moderno Salvaje, la biblioteca de una casa emblemática caraqueña, muestra -mediante unos paneles giratorios, donde aparecen de forma alterna, animales disecados y obras constructivas- la dualidad utópica de la modernidad.
El resto de la muestra de Apóstol en CIFO está conformado por 4 videos en menor formato en los que, de modos diversos, proyecta a la ciudad y sus habitantes en situaciones inverosí­miles, que reflejan justamente el amargo resultado de un paí­s venido a menos. Los videos, realizados en tono de reality show o documental, nuevamente recrean el cí­rculo de realidad vs. ficción, y los protagonistas, simples ciudadanos de varios estratos sociales, reflejan en carne propia el deterioro del paso del tiempo en el contexto estricto de la ciudad y sus habitantes.

 

Superficies. Magdalena Fernández

La trayectoria de la obra reciente de Magdalena Fernández exhibida en CIFO, reúne el trabajo que se centra sobre todo en el problema espacial, mediante la modificación del mismo, utilizando diferentes medios como el video, la animación digital y la instalación, con una fluidez que paradójicamente pareciera contrastar con la rigidez de los elementos formales que utiliza: la lí­nea y el plano.
En la primera sala, Fernández contrapone dos piezas que se pueden manipular: 1em006, un soberbio cuadrado realizado en luz de neón que, suspendido en el aire, permite que el espectador lo mueva, creando así­ diversos planos virtuales del mismo cuadrado en el espacio; y 2em006, un penetrable cuadrado, realizado con cables de fibra óptica, que permite igualmente que los espectadores puedan alterar el espacio del plano que las luces generan.
Dos inestables cuadrados de luz intervenidos con agua, proyectados en el suelo, permiten al espectador penetrar en el plano de luz que se ha vuelto vulnerable y orgánico, contrastando con la acostumbrada rigidez del plano.
En las paredes, esta artista venezolana proyecta sus más conocidos videos referentes al estudio de la lí­nea y nuevamente, el plano que se ve modificado en el caso concreto de la obra Idm003 Éleutherodactylus Coqui en la que el sonido de las ranitas coquí­ - que se escuchan en la ciudad de Caracas cada noche - son los detonantes del movimiento de los lados del cuadrado.
Al fondo, dos videoproyecciones destacan inclusión del color en la obra de la artista. Un gran cí­rculo naranja, se dibuja y se desdibuja, mientras que en 1pm006 Ara Ararauna, un cuadrado dividido en 3 colores, azul, verde y amarillo sincretiza a la guacamaya, aportando movimiento por animación a las lí­neas que lo conforman, al escuchar los caracterí­sticos graznidos.
El uso del audio en las piezas de Magdalena Fernández le aporta a la obra intimidad, le infiere un tono circunscrito dentro de un contexto más personal, pese a que su investigación se enfoca sobre todo en un problema formal.