REVIEWS - ÁGORA DE FUEGO: VENEZUELAN AND COLOMBIAN CONTEMPORARY CERAMICS

Luis Ángel Arango Library, Bank of the Republic Art Museum, Colombia

REVIEWS - ÁGORA DE FUEGO: VENEZUELAN AND COLOMBIAN CONTEMPORARY CERAMICS
"Ágora de fuego no es una exposición de cerámicas (que lo es). Ágora de fuego es una exposición de arte contemporáneo, de artistas colombianos y venezolanos". Esta aclaración que hace el curador venezolano Juan Carlos Palenzuela en el texto que acompaña esta muestra con el trabajo de veintiún artistas, es el mejor resumen de la misma: es una propuesta contemporánea a partir del barro, "el elemento primario por excelencia". Muchos temas están presentes en esta exposición que sorprende ante quienes ven la cerámica como una manifestación netamente decorativa muchas veces entendida en la representación de vasijas, vasos, u otros objetos domésticos. Aquí­, aunque también están presentes, la mayorí­a de los artistas han optado por intervenciones que sugieren nuevos significados y que le quitan a estos objetos su función inicial.
Los artistas participantes son: Seka, Nijole Sivickas, Belén Parada, Cecilia Ordóñez, Reina Herrera, Germán Botero, Noemí­ Márquez, José Ignacio Vélez, Valerie Brathawaite, Manolo Jaramillo, Mariana Monteagudo, Henrique Margulis, Carolina Encinales, Gisela Tello, Carol Young, Isabel Cisneros, Dalita Navarro, Domenica Aglialoro, Rodrigo Callejas, Andreí­na Umérez y Mariana Salazar.
En la entrada de la Sala de Exposiciones Temporales de la Biblioteca Luis Ángel Arango se imponen las cerámicas de más de dos metros de altura de Cecilia Ordóñez y Noemí­ Márquez, que aluden a lo erótico y a lo precolombino. Germán Botero, nos quiere contar una historia de un hombre y una mujer mientras el tí­tulo de la obra, Armero, nos remite al desastre natural que sepultó esta población colombiana en 1985. También con una serie de trompos, como los que uno ve en los pueblos, conforma una "guaca peruana". Doménica Aglialoro dispone en el piso "fósiles", "esqueletos de animales prehistóricos" que necesariamente nos llevan a pensar en el medio ambiente actual. También están los "moldes" de rostros, de caras muy similares, propuestos por la artista Reina Herrera, que invitan a reflexionar sobre el término "identidad" y más en una exposición de paí­ses tan cercanos como Venezuela y Colombia. Cada artista va más allá de lo "decorativo", de lo "utilitario" que el público espera percibir en una exposición de cerámica. Palenzuela concluye, después de las advertencias negativas que le habí­an hecho antes de concebir la muestra, que sí­ hay cerámica contemporánea en Colombia y Venezuela. Después de ver Ágora de fuego, no cabe la menor duda.