Reviews - Don’t Call It Performance

El Museo del Barrio, New York

By Villasmil, Alejandra
Reviews - Don’t Call It Performance
La influencia del performance en el arte y el renovado interés por esta práctica, que se manifiesta en lo que se ha dado en llamar naturaleza performativa, fue el asunto explorado en esta exposición presentada en el Museo del Barrio y curada por el español Paco Barragán. La muestra indagó en el arte performati1vo actual a través de ví­deos y acciones en vivo de 60 artistas internacionales, agrupados en las categorí­as Arte/Forma, Memoria y Devoción, Cultura Popular, Compromisos y Audioscapes. En su trabajo como curador, Barragán revisa el término performance, que surgió en los años 60 para contrarrestar la comercialización del objeto artí­stico mediante acciones efí­meras, por considerarlo caduco y ambiguo. Deberí­an dejar de llamarlo así­, porque ya ha perdido ese carácter utópico y polí­tico que tení­a cuando nació. Ahora (el 'performance') es más sencillo, lo cual no quiere decir que sea banal, dijo Barragán en una entrevista con Arte al Dí­a. El curador concibió originalmente el proyecto para el Museo Reina Sofí­a de Madrid, donde se presentó a finales de 2003 con obras de 30 artistas, pero lo amplió en esta segunda versión con la inclusión de otros 30 creadores latinoamericanos o de origen latino. Según Barragán, el performance -o, en su defecto, acción, evento, actuación, acontecimiento, arte corporal o happening- se puede definir como un arte interdisciplinario que busca -aunque no necesariamente- la participación activa del espectador. En su propuesta, el comisario enumera los rasgos del actual arte performativo, entre ellos que el artista trabaja con el firme deseo de hacer arte público, esto es, con público o en espacio públicos, y que la acción tiene un carácter portátil, o que puede ser reproducida en diferentes entornos y ante públicos distintos.
Además, el tono de la obra ha adquirido hoy un carácter más í­ntimo, personal y desenfadado, y ya no hay ningún tipo de jerarquí­a entre la acción y su registro, es decir, que la documentación fotográfica o videográfica tiene ahora tanta importancia histórica y comercial como el evento en sí­ mismo. En la selección de artistas y obras destacan las instalaciones performativas de la artista israelí­ Yael Davids, que intentan captar la presencia humana a través de un diálogo con objetos inertes, como una mesa, una pared o una pecera. El trabajo del austriaco Erwin Wurm cautiva por cuestionar, de forma sutil, potente y poética, a la escultura como objeto de arte, por medio de 59 posiciones corporales. En El Dilema del Artista, del noruego Roi Vaara, un plano abierto de un paisaje nevado va cerrándose hasta que vemos sólo a un individuo tratando de decidir qué camino tomar: arte hacia la izquierda, vida hacia la derecha. La acción, de tres minutos y medio de duración, culmina sin que el espectador se entere de cuál es la decisión que ha tomado el artista. Entre los artistas latinoamericanos resalta el mexicano Yoshua Okón, que presenta un ví­deo en el que un policí­a baila al ritmo del charlestón, como si se tratase de un reality show. La obra es un comentario sarcástico sobre los males que aquejan a la sociedad mexicana, como la corrupción, el abuso de poder, el machismo y la inseguridad. Otros artistas representados en esta muestra son Carlos Amorales, Marí­a José Arjona, Javier Cambré, Alicia Framis, Elena del Rivero, Alejandro Cesarco, Quisqueya Henrí­quez, Sandra Vivas, David Pérez, Wanda Ortí­z y Jesús Segura.